Con esta edición, la número 11, cumplimos 5 años. Allá, por diciembre de 2017, salía nuestra utópica revista doble cero: Loïe 00. Un número inaugural, que prometía, como nuestra mujer bailarina inspiración, una combinación de “pensamiento, emoción y belleza” anclada en la tecnología y la experimentación de movimiento.
Hoy, cinco años después -período interesante ya que representa un trayecto que permite hacer un balance de lo hecho, pero con la memoria fresca-, podemos decir que, si algo no le faltó nunca a Loïe. fue la búsqueda de un acercamiento sensible y comprometido con las obras y los diferentes trabajos de artistas, la puesta en juego de distintas perspectivas teóricas y reflexivas que habilitan un pensar múltiple sobre la danza en relación con la tecnología, y un trabajo sobre la escritura que intenta hacer bailar a la danza nuevamente.
También, desde aquella primera edición, nos propusimos la tarea de funcionar como nexo entre coreógrafxs y bailarinxs, la investigación académica y el mundo de la crítica, ofreciendo un espacio donde todas estas voces se encuentren en un diálogo permanente sin miedo a incursionar en los bordes de lo que puede -o no- ser catalogado como danza o como performance, y especialmente atentxs a los cruces disciplinarios y la experimentación con la tecnología. Diálogo que no quisimos que fuera hacia adentro solamente, sino que conectara la mayor cantidad de nodos posibles, tanto nacionales como internacionales. Así, quisimos empujar otro límite más, aquel que suele imponer el idioma local.
Presentándonos, entonces, como revista multilingüe, podemos decir con satisfacción que la comunidad conformada por lxs colaboradorxs de Loïe. ha llegado a lugares lejanos, ampliándose y enriqueciendo sus intercambios sin importar latitudes ni lenguas. Con textos de autorxes polacxs, cordobesxs, porteñxs, mexicanxs, rosarinxs, brasileñxs, estadounidenses, italianxs, francesxs, bonaerenses, escocesxs, españolxs, salteñxs, inglesxs, cubanxs, griegxs, panameñxs, transitamos fronteras ida y vuelta.
Y, entre todo eso, Loïe. ha atravesado -también- una pandemia, que por momentos parecía capaz de exterminar los cuerpos del arte, valiéndonos de la reinvención del movimiento en palabra.
Hoy, con esos mismos objetivos iniciales en nuestro horizonte, y en miras a seguir ampliando el diálogo, los intercambios, las lenguas, la reflexión, las experiencias y los goces, en esta edición, la Loïe. 11, presentamos un texto de Mauro Cacciatore, en el que comparte su participación en un workshop en el Merce Cunningham Trust destinado a la preparación de futuros repositores de la obra del coreógrafo; un comentario de Susana Temperley sobre la nueva película de Silvina Szperling, Vikinga (2022), y un breve análisis sobre su efecto autoral; una autobiografía artístico-reflexiva de Anabella Lenzu, en donde nos ofrece su punto de vista sobre la composición en danza; un artículo de Laura Chertkoff sobre el proyecto de su Tesis Doctoral (UNA) en el cual investiga el importantísimo suceso de Danza Abierta (1981-1983) como una experiencia artístico-política invisibilizada; en la galería, presentamos fotos de Adolfo Izquierdo Mesa sobre una coreografía de George Céspedes (ambos artistas cubanos) acompañados de las palabras de Silvina Szperling; y, en nuestra sección crítica -ya clásica-, notas de Pilar Alfaro sobre Plastificame el metaverso (idea de Estefanía Bianchi, dirigida por Agustín Julián Álvarez) y de Erica Beltramino sobre La mesa de Mariela Ruggeri y La luna en la caja de David Señoran, y un díptico crítico de Mauro Cacciatore y Susana Temperley sobre Casi al borde de mí de Magdalena Casanova y Mercedes Osswald en el marco del Ciclo De Boca en Boca 2 dirigido por Victoria Alcala.
Como regalo de 5, este número viene con la inauguración de la sección DOSSIER en la que iremos compartiendo diferentes actividades y temáticas que tendrán una cobertura múltiple desde variados ángulos y puntos de vista. En esta ocasión, presentamos Archipiélago para un encuentro Londres-Argentina con miradas diversas sobre un intercambio académico entre la Maestría en Screendance de The Place (London Contemporary Dance School) y el Grupo de investigación Danza-tec de la UNA.
Finalmente, como homenaje fortuito pero oportuno, dos textos (tres, para decir verdad) que renuevan sentidos y caminos sobre la Loïe Fuller y sus investigaciones incansables: uno de Ludmila Pimentel que trabaja el concepto de CorposImagem, y una lectura sugerida LOÏE por Magdalena Casanova que recorre el libro de Marie Bardet, Una paradoja moviente: Loïe Fuller (2021).
Paso a paso, entonces, avanzamos y seguiremos haciéndolo siempre en los terrenos proyectados, pero también sin miedo a los cambios de dirección que sean necesarios en función de lo que el destino nos depare. Y siempre de la mano del Festival Internacional VideodanzaBA y con el apoyo del Instituto del Investigación y Experimentación en Arte y Crítica (IIEAC) del Área de Crítica de Artes –UNA.
No nos queda más que agradecerles a ustedes, nuestrxs colaboradorxs, artistas y lectorxs de siempre. Gracias por ser parte de Loïe.
Susana Temperley -Directora
Magdalena Casanova -Editora