LOÏE. 06

Una biografía atada a la Ley: Entrevista a Noel Sbodio

La política de un proyecto, el caso Santa Fe

16 de julio de 2020
Disponible en:
Español

Noel Sbodio viene del mundo de la danza, “como casi todos los que estamos en esta lucha”, afirma. Se formó como bailarina clásica en Santa Fe, su ciudad natal. Con la perspectiva de hacer carrera en lo suyo, a los dieciocho años se “tuvo que ir” a Buenos Aires y entró al Instituto Superior del Teatro Colón. En aquel momento, no se abrían concursos para entrar en la compañía, por lo que lxs egresadxs debían buscar otras alternativas para continuar bailando. Se presenta, entonces, a un concurso de Arte y Cultura y allí conoce a la maestra cubana Loipa Araújo quien la invita a hacer un stage en el Ballet Nacional. En Cuba estuvo casi un año: atravesando “una experiencia valiosísima”, pero al mismo tiempo, “un quiebre muy fuerte”: volvió a la Argentina y se puso a estudiar Sociología (otra vez en Buenos Aires, porque no existía la carrera en ese momento en Santa Fe), se especializa en Ciencias Políticas y en Gestión Cultural y se interesa, particularmente, en Políticas Públicas Culturales. Comienza a trabajar como Asesora legislativa en la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados de la Nación y es allí cuando un “grupo de chicas” la convoca para comenzar la labor de redacción del Proyecto de la Ley Nacional de Danza (LND). “Para mí era una cuestión pendiente”. Noel se incorpora al grupo en 2010 y forman, en 2012, el Movimiento por la Ley Nacional de Danza[1], siendo ella una de las tres redactoras del Proyecto.

 

¿Cómo fue el derrotero de la Ley Nacional de Danza en el Congreso?

La primera vez que se presentó el proyecto de la LND fue en 2012, casi como una cuestión espontánea.[2] Lo presentamos las tres redactoras -Mariela Ruggeri, Eugenia Schvartzman y yo-. En realidad, yo tenía mi bebé recién nacido, así que Mariela y Eugenia lo presentaron por mesa de entrada, ni siquiera se hizo a través de un legislador. Justamente por esa dimensión tan personal no pudo tratarse, por carecer de un aval más general.

En el año 2014, se hizo un trabajo mucho más fino, un trabajo muy político. Lo presentamos con la movilización en la Plaza del Congreso, con por lo menos dos mil personas allí avalando el Proyecto y firmas de todos los bloques. De 2012 a 2014 tuvimos un salto monumental, el Movimiento cobró mayor volumen y tenía apoyo de todo el país. Esta vez, el Proyecto por la LND pierde estado parlamentario por cuestiones de la lógica del Congreso: un proyecto, una vez presentado, tiene vigencia por dos años, si en esos dos años no se trata, pierde estado parlamentario y hay que volverlo a presentar. Entre 2014 y 2016, hubo muy poco movimiento en las comisiones -por cuestiones que nos exceden completamente-, y no se lograron los acuerdos para que avance el tratamiento. Un proyecto como este requiere mucho consenso y mucho trabajo de articulación de la comunidad de la danza con el sector político (no es tan sencillo que una ley que propone la creación de un instituto y solicita fondos para un sector específico se trate y apruebe así nomás). Estuvimos en diálogo con el presidente de la Comisión de Cultura de ese momento, con la promesa de que lo iba a poner en tratamiento, pero eso no pasó, nunca logramos llegar a la instancia de sentarnos a trabajar con los legisladores.

Noel SbodioKleur - Magui Medina
Noel Sbodio

Eso sucedió recién en 2016, la tercera oportunidad en que se presentó el proyecto. Por primera vez, logramos que se pusiera en tratamiento en la Comisión de Cultura a través de su presidente, en aquel momento, el diputado Cabandié. Pero, en esta ocasión, lamentablemente, hubo una desinteligencia interna dentro del Movimiento.

¿Fue ahí la apertura del Movimiento Federal de Danza (MFD)?

No. El MFD viene después, se refunda -como Movimiento Federal de Danza, con el impulso de Misiones y Santa Fe- en 2019. Es es importante mencionar que, paralelamente al trabajo por el proyecto de Ley, al interior del Movimiento habíamos comenzado a tratar también el tema de la creación de un sindicato. Durante las discusiones que manteníamos en relación con la Ley, advertimos que, como ésta se centra especialmente alrededor de la noción de fomento para la actividad, todavía quedaba afuera el tema de la falta de legislación laboral y de un espacio de defensa de los intereses de los trabajadores de la danza (reclamos que habíamos comenzado a recibir en el Movimiento por parte de la comunidad). Así, empezamos a trabajar en la formación de la Asociación Argentina de Trabajadores de la Danza (AATDA). [3]

Noel destaca que el Movimiento por la Ley Nacional de Danza fue fundamental ya que “despertó conciencia, generó impulsos, generó brotes” en todo el país. Recalca la situación de Misiones que ya tiene su Ley Provincial de Danza[4] -la primera del país-, gracias al trabajo sin descanso de Gabily Anadón. Y hoy, además, nos cuenta especialmente la situación de Santa Fe, provincia en donde reside actualmente (a la que volvió después de tanto tiempo).

 

Santa Fe: del aislamiento a la construcción de un estar juntxs.

Una de las ideas centrales del Movimiento por la Ley era que cada provincia pudiera empezar a debatir el tema para que la lucha cobrara fuerza al interior del país. En 2016, organizamos aquí las primeras jornadas federales y confluimos con Daniel Payero y Julieta Taborda.

Los nombra, dice, porque ambos “tienen mucho que ver con la fuerza que tiene hoy el Movimiento”. Daniel Payero (bailarín contemporáneo, creador, entre otrxs, de la Compañía Nacional de Danza Contemporánea –CNDC[5]-); Julieta Taborda (bailarina, docente, coreógrafa, y productora). Hoy lxs dos son referentes del Movimiento Santafesino de Danza.

Daniel y Julieta habían organizado ese mismo año el “Encuentro en Danzas”[6], un espacio de intercambio muy novedoso en la ciudad, con clases abiertas y seminarios gratuitos con maestros santafesinos y asistentes de todo el país. En 2015, Lucía García Puente creaba la “Gala Santafesina de Ballet”: una Gala hecha por una santafesina para santafesinos. (Santa Fe, es una de las pocas provincias que no tiene compañía oficial de danza, ni a nivel municipal ni a nivel provincial. Si bien hay “movida” de las artes escénicas -más potente en Rosario que en Santa Fe-, la provincia nunca tuvo un espacio relevante para la danza, a pesar de ser una provincia rica, si se quiere, en el concierto de las provincias argentinas). Estas iniciativas -totalmente privadas y desarrolladas por voluntades personales- hicieron que Santa Fe se fuera convirtiendo en un epicentro importante.

En el 2016, entonces, Daniel Payero estaba volviendo a Santa Fe de su larga estadía en Buenos Aires. Y, como muchos -yo incluida- se vuelve con un bagaje que, en este caso, además de artístico fue político y de conocimiento en gestión de proyectos. A Daniel (y a sus compañeros), le tocó batallar por esa compañía (la CNDC) y a mí me tocó la experiencia por la Ley de Danza que me ha dado mucho roce, mucho conocimiento interno del manejo de la política. Esa experiencia hace que hoy nos podamos parar desde otro lugar.

En el marco del “Encuentro en Danzas”, con el Movimiento por la Ley traemos las Jornadas Federales[7] para debatir desde lo político la política de la danza, tratando temas como la Ley de Danza, el sindicato, y es allí cuando surge AATDA – Rosario, que es la única filial fuerte que funciona en el país al día de hoy. Todos estos encuentros: algunos artísticos, otros de gestión y otros con un condimento más político, han hecho que hoy estemos trabajando todos juntos en pos de la redacción de un Proyecto de Ley Provincial para Santa Fe. Esta idea del trabajar juntos es fundamental. Acá en Santa Fe estamos trabajando los cinco nodos de la provincia juntos, que es algo increíble y que no había sucedido hasta ahora.[8]

@Kleur.fotografía
Primer reunión informativa en Santa Fe luego del lanzamiento de la Asamblea Federal de Danza

El proyecto de Ley Nacional, a su vez, prevé regiones culturales para descentralizar las gestiones y que cada zona del país tenga una sede propia, que no gire todo alrededor de Buenos Aires. Nosotros somos la Región Centro. Y es gracias a Daniel, que ha trabajado mucho este tema, que se ha logrado que Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba trabajen en conjunto (es muy difícil para una región que no está acostumbrada a pensarse como tal, encontrar esos lazos). No los tenemos espontáneamente.

Hay que construirlos…

Claro… En NOA, en cambio, trabajan perfecto juntos. Tienen una dinámica fluida: Salta, Tucumán, Jujuy, se conocen más, la circulación entre los festivales de sus provincias es mucho más intensa. Acá eso no sucedía, está empezando a suceder. Que podamos hoy estar dialogando y pensando en un proyecto de ley es un salto cuántico. Realmente, esto, hace un año, era impensado. El proyecto escrito en papel es bárbaro, pero después hay que darle carnadura social y política a través del consenso, que es un trabajo arduo y estamos empezando a transitarlo muy bien.

Otra cosa muy importante que está pasando en la ciudad es que las escuelas de danza y las academias se unieron, conformaron un colectivo. Esto que parece evidente y lógico para cualquier otra área del quehacer humano: unirse para enfrentar los mismos problemas, en la danza no sucedía. La situación de emergencia sanitaria activó los lazos de solidaridad, nos dimos cuenta de que estamos todos en la misma: la necesidad de un protocolo para la continuidad de las actividades, que la apertura pueda ser lo antes posible, etc.

El colectivo de escuelas y academias de danza está dentro del Movimiento Santafesino, pero funciona con su lógica propia. De esta manera, se va formando el entramado de la sociedad civil necesario para que los proyectos, la legislación que necesitamos, la acción sindical, tengan fuerza. Si no, no es posible lograrlo. En poco tiempo, conseguimos que los concejales propusieran una mesa de trabajo permanente con la danza en el Consejo Municipal de Santa Fe. Ya estamos en diálogo directo con el sector político y ya nos consideran el espacio de la danza. Y esto es resultado de que las academias se unieron, de que entendimos la necesidad de estar dentro del Movimiento Federal de Danza y no formar un conjunto paralelo. El el Movimiento Federal de Danza, surge con mucha fuerza a partir de las experiencias de Misiones y de Santa Fe y aparece con ese nombre –“Federal”- también por esta impronta más del interior hacia el resto del país. El Movimiento resurge con otra lógica.

Después, seguramente cada subsector va a hacer sus propios reclamos (por regiones, los coreógrafos por derechos de propiedad intelectual, bailarines por otras cuestiones) pero siempre dentro del Movimiento.

Que haya espacio para esa diversidad también…

Exactamente. Que exista ese espacio para las diferencias pero que el Movimiento las pueda contener. Empezar a vernos como un colectivo es fundamental, cortar con el prejuicio de géneros o estilos: clásico, tango, hip-hop, contemporáneo, todo es danza. Cuando representás a un colectivo, las autoridades te escuchan porque les estás comunicando lo que realmente es el problema de una comunidad real. Así, al fin, la danza está encontrando interlocutores en el Estado. Y nos lo han dicho: la danza no estuvo porque no tenía la suficiente fuerza para imponerse. Hasta ahora no la tuvo, y eso está comenzando a modificarse.

 

Vertebrar el sector

¿Y en qué estado está ahora el Proyecto de Ley en Santa Fe?

Estamos en el trabajo de redacción y ya dialogando con legisladores, buscando consensos. Mirando mucho el Proyecto de Misiones porque ya está sancionado y es súper válido como antecedente. Por supuesto, hay modificaciones que se van a ajustar a nuestra provincia, pero sirve de puntapié porque para los legisladores no es inocuo que haya otra ley provincial ya sancionada.

¿La ley está pensada en el mismo sentido de la Ley Nacional: la creación de un Instituto Provincial y un fomento para la actividad?

Exacto.

Y el fomento, entiendo que por el concepto fuertemente federal y por la noción abarcativa de danza, habla de danza en general, ¿o piensa fomentos específicos para cada tipo de danza?

No, habla de danza en general. Lo que sí tiene en cuenta es la regionalización al interior de la provincia, que estén representados los cinco nodos y que permita que cada uno pueda funcionar con su propia lógica. Crea el Observatorio de la Danza -como el Proyecto Nacional también lo hacía. Porque cada región es un mundo: nuestra realidad en Santa Fe no es la misma que la de Rafaela ni la de Rosario. Aunque compartimos la provincia, son lógicas de funcionamiento distintas, pero, obviamente necesitamos trabajar en conjunto. El proyecto está apuntado a eso, a que cada región pueda tener su lógica, su modo de pensarse a sí misma y generar políticas adecuadas para ese territorio.

¿Tenés alguna posición tomada con respecto a la relación de lógicas entre mercado y Estado? ¿Cuánto puede sostener la actividad general de la danza el fomento y cuánto tenemos que buscar espacios en el mercado?

Idealmente, tendríamos que poder articular con el sector privado. Pero es cierto que a la danza le cuesta la llegada masiva, a la más popularizada y especialmente a la danza más “intelectual”, si se quiere. Por ejemplo, acá en Santa Fe, no tenemos siquiera Ley de Mecenazgo, como tiene CABA. Por eso, una de las funciones que debería cumplir este Instituto Provincial de Danza es el trabajo con los públicos: la formación de públicos. Esta línea tiene que ser medular, pero en ese interjuego privado/estatal, esto es una cuestión de Estado irrenunciable. Nosotros podemos aportar ideas, podemos redactar proyectos, podemos formarnos, debatir, pero hay una cuestión que nos excede. ¿Cómo hacemos desde la sociedad civil para formar públicos? Es imposible.

Desde que empezamos a transitar este camino, hemos avanzado muchísimo y nos hemos dado cuenta de lo mucho que sí podíamos hacer. Por ejemplo, empezar a vertebrar el sector: que el país trabaje al unísono. Dentro del Movimiento están todas las provincias y todas tienen su representante, cosa que era impensada hasta hace poco. Es decir, que se empiecen a nuclear las escuelas de danza como si fueran cámaras empresariales -que en realidad lo son, o deberían pensarse así- también es vertebración del sector; que generemos un sindicato, también. Maneras en que la sociedad civil se empodera y genera sus propias organizaciones para contribuir a que esto prospere. Aprendimos prácticas de cómo es una sociedad civil sana: reunirse en asamblea, debatir, votar, respetar a la mayoría, proponer otra cosa, redactar algo potable, buscar consenso, etc.

Podemos hacer muchísimo, sin ninguna duda, hemos avanzado mucho y considero que falta un montón. Necesitamos cada vez más formación y compromiso de los gestores públicos para que entiendan la necesidad de crear circuitos, de que al público hay que formarlo; el público sin ningún acercamiento a la danza no va a ir a consumir danza. Por eso hay una pata en donde sí o sí necesitamos al Estado porque, además, el Estado tiene la obligación de hacerlo. En este sentido, yo sostengo que tiene que ver con la no formación de los tomadores de decisión (a nivel ministerio, a nivel secretarías, etc.). Si, por ejemplo, hubiera que implementar una ley desde el Ministerio de Educación y la gente que lo ocupa desconoce el valor de la danza, le va a dar lo mismo que las clases de danza las de el profe de música o de educación física. En general, no están sensibilizados al respecto. Por supuesto, no le vamos a pedir al Ministro de Educación que conozca a Pina Bausch, pero debe tener cierta visión acerca de qué estamos hablando…

O que sepa con quién asesorarse, que tenga en cuenta el sector para encontrar las personas indicadas…

Exactamente. Nosotros recién ahora estamos empezando a ser visibilizados como sector.

 

Danza es trabajo

Mariela (Ruggeri) en otra entrevista, comentaba que una de las cuestiones más importantes de la lucha era la del auto reconocimiento de cada unx de lxs trabajadorxs de la danza, justamente, como trabajadorxs. ¿Tenés una visión similar?

Yo creo que partimos de una cuestión de autopercepción, seguro. En eso coincido cien por ciento con Mariela: los artistas en general y los bailarines en particular no nos hemos considerado trabajadores. Tal vez sí los que están en compañías estables o los que están en el circuito oficial…

Pero que es un mínimo porcentaje…

Claro. Entonces te queda el 95% de la producción de danza que piensa su actividad como un hobbie o una tarea que “no me da de comer, pero la considero principal”.

Hablando con Daniel y haciendo memoria sobre qué puntos resaltar de lo que está pasando en la provincia, recordamos que hace poco un grupo folklórico editó un video autoproclamándose “Trabajadores santafesinos de la danza folklórica”; ¿Qué quiere decir esto? Que, por primera vez, los bailarines de Folklore consideran que lo que hacen es más que una peña o una arenga social. Lo cual es revolucionario. En Santa Fe, por ejemplo, muchas veces se selecciona gente para ir a representar a la provincia en Cosquín: si vos estás yendo en representación de una provincia a bailar a otra, es obvio que estás ocupando el lugar de alguien que se dedica a eso, a bailar. O sea, no da todo lo mismo. Y esas pequeñas cositas son las que van despertando conciencias. A veces, pareciera que lo importante es sancionar la Ley, pero no. En realidad, el cambio es cultural: que haya un colectivo, del interior del interior, donde el Folklore está muy arraigado y muy ligado a lo tradicional, en el que sus integrantes se empiecen a percibir como trabajadores de la danza ya es un montón. Yo me doy casi por satisfecha.

La danza es una actividad económica, ¿cómo no lo va a ser? Tenemos que pensarla como tal, si no, de qué estamos hablando: ¿es un hobbie al que le dedico muchas horas? Me parece fundamental que desde el sector público también se piense cómo hacer para que la esfera independiente pueda producir más y mejor. Profesionalizar productores, que los proyectos puedan cerrar económicamente antes de levantar el telón, etc. La danza no se piensa a sí misma desde un criterio económico. Para mí eso es super importante. Por eso, todo lo que sea formación, espacio en los medios para la crítica, etc. también tenemos que pelearlo a través de la política, porque si nadie habla sobre la cosa es como si la cosa no existiera.

 

¡Registrarse! Participar, compartir, viralizar, comentar: somos un montón

Para cerrar, ¿qué se necesitaría ahora por parte de la comunidad de la danza, qué tipo de presencia, de actitud o de acción?

Ahora es muy importante el tema del registro: que los que no se registraron, lo hagan. ¿Por qué es importante? Porque nos sirve a todos, pero fundamentalmente porque tenemos que mostrar que somos muchos. El sector político lo mira con una lógica numérica, la ley resulta importante si representa a determinada cantidad de personas.

Luego, necesitamos la presencia en las diferentes convocatorias de las campañas de visibilización: un video, una foto, la participación en la calle, la viralización en las redes, eso ayuda muchísimo. Porque, aunque no parezca, al común, al ciudadano que no tiene q ver con la danza, le va entrando, va calando en su subconsciente, y el mensaje va llegando. Todos los legisladores ahora ya nos dicen “Ah, sí, yo escuché algo del Movimiento Federal de Danza”, “Algo de la Ley de Danza sabía”. Este es el trabajo de visibilización que necesitamos: mostrar que somos un montón y hacer el esfuerzo para empezar a pensarnos colectivamente.

El año pasado, 2019, en noviembre, en el Centro Cultural de la Cooperación, en el marco de la asamblea fundante del Movimiento Federal de Danza, se entregó nuevamente el texto del proyecto de Ley Nacional de Danza al presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, Daniel Filmus, quien se comprometió a ponerlo en tratamiento. Cuando este año -2020- Filmus deja su puesto para convertirse en Secretario de Estado, ese compromiso lo toma la legisladora que lo sucedió, Carolina Moisés. El 17 de junio pasado, en medio del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio y a través de Zoom, Moisés, en el cargo de Vicepresidenta de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados de la Nación recibe formalmente la quinta Presentación del Proyecto.   

La emergencia sanitaria y la necesidad de la cuarentena dejó al descubierto una situación que ya existía pero que se hizo evidente: “la precariedad del sector”. Cuenta Noel que, a nivel nacional, el Movimiento Federal de Danza está trabajando actualmente en una nomenclatura del monotributo para que quienes trabajan de dar clases de danza puedan inscribirse en AFIP, efectivamente, como maestro de danza: “Estamos en cero en estas cuestiones formales. De ahí para adelante, todo.”

 

 

[1] El Movimiento por la Ley Nacional de Danza surge en 2012, después de la primera presentación del proyecto en el Congreso, justamente para construir las bases de un colectivo unificado que pudiera visibilizar la necesidad del Proyecto y pedir su tratamiento.

[2] Noel aclara qué significa esta “cuestión espontánea”. El Artículo 39 de la Constitución Nacional prevé el derecho de los ciudadanos a presentar proyectos de ley. En 2012, amparándose este artículo, en el concepto de “Iniciativa popular”, el Proyecto lo presentan solo sus tres redactoras, sin firma de legisladores. En realidad, la formalidad requiere que el proyecto esté acompañado por miles de firmas -que en ese momento no tenían-. En la presentación de 2014, también se hizo así, lo presentaron las tres autoras por mesa de entradas de Diputados -habían decidido eso para que el tema partidario no se interpusiera-, pero, esta vez sí con miles de firmas de adherentes de todo el país (más de 10.000), y luego los legisladores tomaron el proyecto y lo firmaron representantes de todos los bloques.

[3] La Asociación Argentina de Trabajadores de la Danza nace en 2014, es un sindicato que trabaja de hecho, pero le falta el último paso del trámite -la Simple Inscripción- para obtener la personería jurídica.

[4] La Ley Provincial de danza de Misiones se sancionó el jueves 12 de octubre de 2017. Desde ese momento, el trabajo continuó para comunicar sus alcances a toda la provincia y para lograr su implementación correcta y completa. Recién en febrero de este año -2020-, se anunció oficialmente la puesta en marcha del Instituto Provincial de Danza por parte del Secretario de Estado provincial, Joselo Schuap, en la Sala de Situación de la Casa de Gobierno Provincial. Fuente: https://www.noticiasdel6.com/misiones-celebra-el-anuncio-de-la-creacion-del-instituto-provincial-de-la-danza/

[5] La Compañía Nacional de Danza Contemporánea -hoy Organismo Estable del Estado Nacional desde 2019- se crea en 2009, con el apoyo de la Secretaría de Cultura de la Nación, con sede en el Centro Nacional de Música y Danza. Su antecesora, la Compañía Nacional Nuevos Rumbos, la forman en 2008 seis bailarines, exintegrantes del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín, que habían sido desvinculados de la compañía por haber participado de un reclamo por sus derechos laborales, realizado en 2007.

[6] “Encuentro En Danzas” es un movimiento que busca generar y sostener un nuevo espacio en Santa Fe, donde exista la posibilidad de un intercambio cultural entre todos los hacedores de la danza y toda persona interesada en participar de dicho espacio. Fuente: https://www.facebook.com/groups/1742576419290674/. En 2017, Daniel Payero y Julieta Taborda también crean juntxs el “Festival Danzar Santa Fe”, que va ya por su tercera edición.

[7] I Jornadas Federales: “Construyendo políticas para el desarrollo de la danza”, organizadas por el Movimiento por la Ley Nacional de Danza en el marco del Encuentro en Danzas Santa Fe. 13, 14 y 15 de agosto de 2016.

[8] Para la división en nodos se tienen en cuenta las cinco ciudades más importantes de la provincia: Santa Fe, Rosario, Venado Tuerto, Rafaela y Reconquista. Cada cuidad es una cabecera de región.

 

*Foto portada: Cierre del Festival Danzar Santa Fe (1era. edición) con autoridades de la Secretaria de Cultura de la Ciudad de Santa Fe Capital y referentes del Movimiento Santafesino de Danza: Noel Sbodio, Lucía García Puente, Julieta Taborda y Daniel Payero Zaragoza (Comunicador de la Región Centro). PH: @Kleur.fotografía

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Acerca de:

Magdalena Casanova

Es Magíster en Crítica y Difusión de las Artes (UNA), docente de “Historia de las Artes del Movimiento” (PREU-UNA), crítica especializada en danza e investigadora del Instituto de Investigación y Experimentación en Arte y Crítica (IIEAC – Universidad Nacional de las Artes, Buenos Aires). Se focaliza en la investigación en danza, específicamente en el análisis discursivo de la crítica periodística de danza contemporánea porteña y, de manera general, estudia las relaciones que pueden existir entre la palabra y el movimiento. Dicta talleres y laboratorios de danza y escritura en diferentes espacios de formación.
Ha presentado el resultado de sus indagaciones en variados congresos y ha publicado artículos en distintos medios argentinos.
Es bailarina y profesora de danza contemporánea, trabajó como asistente coreográfica y de dirección en creaciones de danza y de teatro y participa en obras multimedia que ponen en juego el cuerpo y la escritura.
Es la editora general de LOÏE. Revista de danza, performance y nuevos medios.

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