LOÏE. 00

Salón de espejos

10 de enero de 2019
Disponible en:
Español
Más allá se extendían los espacios insondables del Laberinto de Espejos, que albergaban una multiplicación de vacías vanidades, silenciosas, serenas, plateadas por los años, blanqueadas por el tiempo. […]. Si un hombre se detuviese allí, ¿se vería a sí mismo repetido un billón de veces hasta la eternidad?    
Ray Bradbury, La feria de las tinieblas.

 

Resulta paradójico referirse a una disciplina del movimiento desde un lenguaje que se utiliza para captar instantes. Más paradójico aún es disponer estos movimientos detenidos en el tiempo en un pasadizo de espejos.

La exhibición de la que se ocupa este texto es parte de un proyecto curatorial que articula la investigación académica “Sobre lo verdadero, lo falso y lo ficticio en el encuentro entre narración, danza e imagen en movimiento” de Susana Temperley de diferentes maneras. Como menciona Temperley, la danza ha estado históricamente ligada con lo veraz por su anclaje en cuerpos, tiempos y espacios concretos. Lo que habilita la tecnología digital, y sus múltiples maneras de mostrar y registrar la danza, es una puesta en entredicho de esta veracidad.

No es solo entonces la dificultad inherente de la imagen fija para describir movimiento, sino también la naturaleza engañosa de la fotografía en el mundo contemporáneo lo que se pone en tensión aquí. Sin embargo, la exhibición va más allá, integrando a su ilusión el cuerpo del espectador.

La experiencia de ingresar a un espacio en el que nuestro cuerpo es multiplicado infinitamente, a la vez que se multiplican las imágenes que hemos venido a contemplar, supone una alteración de la percepción. La presencia del cuerpo del espectador se integra a las fotografías gracias a los espejos. Así, mediante este infinito multiplicar, espejar y deformar, el límite entre los cuerpos presentes y los representados desaparece. Nos reconocemos por fuera de nosotros mismos. Como en los laberintos o salones de espejos en las ferias, la identificación con nuestro cuerpo se desdibuja.

Foto: Josefina Elaughe

El mecanismo es efectivo, especialmente para demostrar que todo registro, es decir, toda representación es una traición. Lo que propone sutilmente la exhibición no es solo la ambigüedad que impregna a la fotografía digital, sino también la que impregna nuestra propia idea de nosotros mismos.

Detenerse entonces en la especificidad de las obras resulta, de algún modo, tedioso. La exhibición construye su potencia gracias al conjunto más que a las piezas que la articulan.

Así, y solo por recordar brevemente algunas de éstas, la fotografía de Olga Sokolinskaya es casi un still de video. La de Florencia Castañeda describe un salto imposible, descolocando el lugar de la danza como experiencia comunal, volviéndola un rito privado, si tal cosa es posible. La de María Belén Loiza es una exploración de los límites del retrato. Lucia Benamo vuelve sobre la idea del rito privado. Las dos fotografías de Ariel Feldman muestran un cuerpo que es múltiples cuerpos, idea que resuena especialmente con el tema del doblaje que habilita los espejos. La de Coti Cibilis captura el trazo dejado por el movimiento, su resto.

Falsa Danza no es una exhibición sobre el lugar de la danza o sobre los lugares donde ésta se desenvuelve. Se trata más bien del develamiento de la condición, que por cierto excede a la danza, de la experiencia de la imagen en el mundo contemporáneo. Lo interesante es la inteligencia con la que la exhibición utiliza ese develamiento para interpelar al espectador. Porque, finalmente, ¿cuánto de la imagen que tenemos del otro hace a la nuestra?

 

*Fotos portada: Josefina Elaughe

                                                                                               

Acerca de:

Andrés Hare

Andrés Hare (Lima, 1986) es poeta y periodista en temas de arte y cultura. Ha publicado los libros de poemas Museo (AUB, 2005) y Tarea silenciosa (Paracaídas editores, 2012). Desde 2017, edita en Lima la revista de crítica Ansible. Actualmente estudia la licenciatura de Crítica de Artes en la UNA, en Buenos Aires.

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