El arte forma parte esencial de la vida humana en sociedad y va, junto a ella, adaptándose, cambiando sus formas, sus maneras de ser y de hacer. Se abre camino impulsado por utopías, prolifera en épocas de bonanza y alza su voz en un grito para sobrevivir en los tiempos difíciles. El arte es un cuerpo vivo.
La edición número 07 de Loïe. se presenta en un momento complicado, aparentemente pobre en utopías y falto de certezas. El arte, rodeado de una infinidad de incertidumbres, como el resto de las dimensiones sociales, puja por resistir y trazarse caminos que lo mantengan en movimiento.
Como parte de esta comunidad de la Danza y la Performance que es, a la vez, un pequeño e infinito mundo, nos sumamos al grito de angustia que ha comenzado a escucharse desde todas las latitudes. Pero este grito recuerda que, lejos de detenerse, la danza no ha hecho más que multiplicarse, reconstruirse, reorganizarse, transformarse. Este grito sostenido deja marcado a fuego en el cuerpo y en la memoria de todxs, cómo, durante estos momentos agitados, la presencia de la danza resulta ineludible y su práctica -tanto creativa como espectatorial- necesaria. La danza -el arte- es un derecho cultural, y esto es lo urgente.
En este gesto unívoco de alzar la voz, quienes trabajan en los territorios del hacer con y el pensar en el cuerpo expresivo demostraron no solo su habilidad para sostenerse, su capacidad creativa de reconfigurarse, una voluntad de búsqueda incansable, sino, y principalmente, un nuevo modo de hacer arte y de tejer relaciones y acciones entre sus trabajadorxs y practicantes. Edificar nuevas modalidades de trabajo, horizontales, de colaboración en red, que desjerarquicen las decisiones, los espacios, los intercambios, que valoricen la palabra, las discusiones y las reflexiones conjuntas fueron los principales objetivos que la comunidad latinoamericana, en este contexto pandémico, se propuso desarrollar. Es decir, durante este tiempo, la danza no solo se transformó estéticamente, sino que fue encontrando un nuevo modo de hacer política del arte.
Ya llegará el momento de volver al verdadero contacto, a llenar las salas hoy vacías y vivir nuevamente de la energía de los aplausos. Mientras tanto, acá va, el número 07 de Loïe. como muestra de esa reconfiguración, como prueba de lo que esta comunidad puede hacer y como testimonio de que la respuesta está en el trabajo con el otrx.
Un recorrido por la propuesta Danza en casa, de Café Müller Territorios, un dispositivo de intercambio artístico por IG, por Erica Beltramino; el relato de nuevas pedagogías para la videodanza a través de plataformas online por Alex Pachón; un homenaje de Amparo Rocha Alonso al Grupo de Experimentación Vocal (GEV), que funcionó entre los ochenta y noventa en la Argentina, un conjunto de cámara que buscaba trabajar sobre las posibilidades de la voz con las “técnicas extendidas” y terminó haciendo experiencias performáticas en el Parakultural; en tiempos de ausencia del tacto, un manifiesto sobre la ternura por Dani D’Emilia y Daniel B. Chávez, en nuestra sección Performance, curada por Francesca Carol Rolla; una discusión acerca de las Cartas de Noverre en el largo trayecto de la mediatización, por Susana Temperley; la presentación del III Encuentro Latinoamericano de Danza e Inclusión y una reflexión sobre su realización por Zoom y lo que ello conlleva para la experiencia estética de la danza, por Magdalena Casanova; un relato de la experiencia REDIV Desbordamientos, una residencia colaborativa latinoamericana de videodanza realizada a distancia y a través de diferentes dispositivos tecnológicos, por Silvina Szperling; y, en la Galería, la presentación del trabajo de Ricardo Rodríguez Gómez, artista cubano, Penitencia II, en el que se brinda como ofrenda.
Y…no dejen de pasar por la nueva sección Escenario LOÏE., y su obra inaugural (Re)mover(nos), curada por Virginia Fornillo y Leticia Rigat y con coordinación editorial de Magdalena Casanova, una propuesta que combina imagen, escritura y cuerpo en una amalgama de lenguajes que abre otros sentidos. Escenario LOÏE. será un espacio de estreno de obras a partir de dispositivos diseñados en pandemia y de todos los demás que ya van a venir.
Entonces, aunque por ahora, “sin nada” y “a pesar de todo” sean expresiones que bien describen nuestros recursos y nuestra modalidad de trabajo, de ningún modo eso es vacío o silencio, por el contrario, somos -siempre- grito y acción.
¡Bienvenidxs a las nuevas dimensiones de Loïe.!
Magdalena Casanova – Susana Temperley