Jueves. Mediodía.
Camino bajo el paraguas en dirección a Yapeyú 670. En 20 empieza una clase del Festival Constante a la que fui invitada. Se llama Delution y la da Vectór. Es todo lo que se. Mientras camino, pienso en que hace más o menos 8 años que no hago una clase nueva o diferente de mis prácticas habituales. Me pregunto por qué acepté la invitación.
Llego, saludo y, después de sacarme las botas y acomodar mi libretita, me tiro al piso. Todos los asistentes lo hacemos. Nada de piso, dice Vectór, toda la clase va a ser arriba y vamos a mover el pecho, el esternón, los brazos, en fin, todo lo que me hace llorar. Me digo a mí misma Belén, ya estás en el baile y bailo.
La técnica de Vectór se basa en la mímica, en imitar, por ejemplo, cualidades de los objetos. Cualidades como duro, blando, pesado, liviano, etc. Utilizando movimientos pertenecientes a técnicas de mimo y danzas urbanas como popping and locking, su cuerpo es tomado por aquello que está imitando.
Es fascinante ver cómo se mueve Vectór. Noto que, cuando trabaja con sus manos, sus dedos se acomodan como si estuviera sosteniendo algo. Le pregunto si usa imágenes para moverse, es decir, si la imaginación sostiene su práctica. Sí, me contesta, pero esa es la parte final de la clase. ¿Y ahora, qué imágenes tenés?, insisto. Una bola de fuego y una pared.
Durante la mayor parte del encuentro estuvimos trabajando con la noción de “punto fijo”: una parte del cuerpo queda fija en el espacio, por ejemplo, la mano, y el resto del cuerpo investiga qué movilidad es posible a partir de esa restricción.
Los ejercicios me resultan extraños. Exigen una movilidad que nunca he practicado. Me resulta difícil abordarlos, concentrarme. Pruebo imaginando. Paredes, poleas, círculos, y bolitas de metal sostienen mi atención y dan forma al movimiento. Por unos segundos. Mi atención es inconstante.
Vectór, al hablar, menciona varios conceptos: la kinesfera de Laban, el hombre de Vitruvio, geometría no euclidiana, mimos en las cortes europeas y algunas cosas más que no recuerdo. Me llama la atención el recorrido, por corte y asociación, entre un concepto y otro. Cuando lo veo moverse, entiendo: su movimiento imita su modo de hablar. El montaje es rápido y vertiginoso a la manera de un film de vanguardia de 1920.
Si intentara transcribir una partitura de movimiento de Vectór, sería algo así:
liso, brillante y largo. ¡FUERZA! desvío. el timón de un barco en la tormenta. los dedos lo sostienen. escalones, cintas transportadoras. Aire, ¿hay aire?
La clase sigue y es clara la imposibilidad de generar o sostener mis propias imágenes para moverme. Resuelvo que de aquí en adelante mi participación será escópica. Me protejo detrás de la libretita, evidencia de mi fracaso.
El último ejercicio consiste en armar un cadáver exquisito, primero de palabras y luego de movimiento entre todos los asistentes, menos yo que, retirada de la práctica, me convertí en espectadora. Uno a uno mis compañeros hablan, y eso que dicen les toma el cuerpo, los moviliza. Preocupada por no haber podido crear mis imágenes, me quedo con las suyas. Eso que ellos ven, yo también lo veo. Ofrecen sus imágenes y yo las recibo, agradecida.
Termina la clase. Aplaudimos.
Me pongo las botas, agarro mi paraguas y salgo.
Tengo hambre. Sigue lloviendo.
***
DELUTION
Por Vectór – @0vector22
Método de análisis del movimiento basado en principios de la física y geometría fractal que posibilita identificar patrones motrices propios del comportamiento cotidiano de las personas útil para la creación y análisis de la danza.
Jueves 25 de noviembre de 2021 en Espacio La Matriz.
Festival Constante 2021 – @festivalconstante
*Foto portada: @ezencia_audiovisual