Llevamos lo que tenemos, lo que somos.

Danza y música se unieron en la Fundación Santander para celebrar el aniversario del barrio de La Boca, lugar emblema donde se respira la tradición porteña del tango. En la planta baja del edificio de la fundación, donde actualmente se exhibe parte de la muestra Anfibios, se presentó Travesía, una obra del proyecto Museos en Danza dirigido por Andrea Castelli. La activación performática site specific propuso un viaje dancístico a través de varios géneros y estilos interconectados en historia y tradición.

A medida que la luz natural del sol fue menguando, la luminaria artificial en tonalidades azuladas y violáceas fue envolviendo con su espectro las instalaciones artísticas que se encontraban emplazadas en el vestíbulo del edificio. El mural Puñal de Elian Chali junto con las instalaciones Génesis de Sol del Rio y Fecha de vencimiento de Correch y Romero configuraron los límites del espacio escénico que poco a poco fue sitiado por lxs espectadorxs. Una voz en off anunció el inicio del viaje: “Atravesamos puertas, miedos, memorias. Recorremos caminos, cruzamos fuentes, mares y montañas. Cambiamos la piel, nos perdemos y encontramos. Dejamos atrás costumbres, sonidos perfumes, aparecen otros, nuevos, que se suman. Una capa sobre otra la historia se va construyendo. Llevamos lo que tenemos, lo que somos: cuerpo, tierra, tambor, fuego, arte, bandoneón. ¿Cuál es tu travesía?”.

Los primeros movimientos y sonidos que percibí me resultaron tan lejanos como familiares. Un bailarín se presentó en escena con una danza africana, al son de los tambores, que de manera automática me transportó al mundo del candombe rioplatense y a las murgas porteñas. Los pasos rítmicos eran pronunciados, con amplios movimientos de brazos y saltos, con una embriaguez energética terrenal, muy enraizada. Al terminar esta pieza, con un breve deslizamiento, me encontré frente a otra intérprete y otra música, aunque los movimientos que dibujaba su cuerpo no diferían de lo apreciado un instante atrás. Había algo en la danza y en lo sonoro que convocaba una fusión entre lo afro y lo europeo dando como resultado una combinación de fuerza y sensualidad. Con ese devenir entre unx performer y otrx, entre una danza y otra, se había generado una especie de conexión que comenzaba a entretejer un sentido. La bailarina fue abriendo paso entre la muchedumbre y de manera casi hipnótica nos guio hacia una nueva escena, donde una pareja se unió en un abrazo y comenzó a bailar. Entre giros, boleos y firuletes al compás de un tango tradicional pareció completarse el círculo del origen del tango.

Felipe Bozzani

Festejo que Travesía tuviera una visión contemporánea, multiétnica y pluricultural porque puso de manifiesto aquello que una vez fuera censurado por la historia: la raíz africana del tango, invisibilizada por el centralismo europeo. La hibridación de estilos coreográficos y musicales que aportó la ola inmigratoria posibilitó el surgimiento del género que se arraigó en la región y caló hondo en el ADN de sus pobladores.

Lo interesante, además, es que la obra mostró “dónde estamos parados”, lo que sobreviene en nuestro presente. El mestizaje de movimientos y sonidos urbanos también se vio reflejado en la puesta de danza contemporánea, en el trap latino, en el hip hop, que sin mediar descanso se fueron sucediendo uno tras otro luego de la performance de la dupla tanguera. Esta vez, el grupo de bailarinxs irrumpió en escena por la escalinata caracol ubicada en el contrafrente del hall. Entre nuevos sonidos y movimientos relajados interactuaron con la instalación textil de la artista Nina Kunan, Balayage, una obra que justamente plantea nuevas formas contemporáneas de sentir. Si la primera parte de este viaje me hizo rememorar la historia y por ende mis orígenes, esta nueva etapa de Travesía se trató de una declaración de posicionamiento identitario del “el aquí y el ahora”.

Tengo que confesar que se me erizó la piel hacia el final, cuando todos lxs bailarinxs entraron en escena al compás del tema Todo Baila del grupo Otro Aires. Creo que cuando algo emociona a tal nivel que no podemos llegar a expresarlo con palabras, solo queda una reacción orgánica o corpórea que lo hace por nosotros.

Con la última pieza pude ver cómo pasado y presente se desvanecieron en una comunión entre bailarinxs y sus diferentes estilos dancísticos, bajo el ritmo del tango electrónico. Porque no podía ser de otra manera, este viaje se trató de trayectos compartidos y puntos de encuentro. El significado de la palabra travesía hace referencia a un viaje en el que se atraviesa una zona o región extensa y que supone una clase de riesgo, una aventura. En un sentido metafórico se suele decir que la vida es una travesía, un recorrido hacia una meta. Justamente es lo que propone Travesía, un recorrido desde un origen hacia una meta, aun cuando se encuentra abierta, en constante construcción y transformación. Porque así es la vida, la danza, la música y lo que somos.

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Las imágenes son gentileza de Fundación Santander.

Imagen de portada: Fernando Pineda, gentileza de Museos en Danza.

Video – ensayo: gentileza de Museos en Danza.