(Re)mover(nos) – etapa I –

En diálogo expansivo #1: "El cuerpo del mate"

30 de octubre de 2020
Disponible en:
Español

El cuerpo del mate

 

 

Enjuagás el mate, ponés el agua al fuego. Te tomás el tiempo de elegir la bombilla del cajón, tratás de acordarte cuál era la que se había tapado la última vez. Tus dedos juegan entre los tubitos de metal frío, la del circulito ese va a estar bien. Pensás si dulce o amargo, y cientos de años de tradición argentina que aprendiste a los tumbos te caen por la espalda. Amargo. Tu mano sostiene la lata mientras la yerba cae por ese piquito tan incómodo que no entendés cómo es que es tan pequeño. Los pies bien afianzados al piso y la cabeza dibujando un ángulo de cuarenta y cinco para que tus ojos puedan ver la caída. Y en ese alud eterno de hojas verdes trizadas -mientras el polvillo flota paciente hacia tu nariz-: el fulbito del domingo, los roces, las puteadas, los abrazos de gol, el asado post partido, la achura chispeando, el sánguche que pasa de mano en mano, la birra del pico; el toquecito en el hombro que acompaña al ¡qué hacé! de los encuentros casuales por la calle, el beso en el cachete a compañerxs de trabajo, el murmullo de un aula repleta de gente, el subte a hora pico, los vendedores ambulantes, la pizzería de corrientes a las diez de la noche, las toses del apagón pre función, los recreos del colegio, la mancha venenosa, las fiestas de cumpleaños, los secretos al oído…

El calambre en el antebrazo y el grito agudo de la pava te devuelven a la realidad. La nostalgia que cabe en un puñado de yerba…

Tener que contener. Hacer resonar algo hacia adentro. Respirás agitado, percibís en tu estómago ese movimiento ondulado como en cámara lenta que expande y contrae sus bordes, deformando todo alrededor, pero sostenés. Sostenés con los abdominales, que empujan hacia atrás, y sostenés con la columna ese batallar de las tripas. Porque ahí, entre el bazo, los intestinos, el hígado, están corriendo sin parar, sin rumbo y sin salida viajes que ibas a hacer, personas que ibas a visitar, pieles nuevas que ibas a tocar. Pero sostenés, aun con todo el trabajo que te implica, no querés soltar. No vaya a ser…

Estás sentado porque las piernas te tiemblan. Las recorre un tiritar, un hormigueo que va poblando los muslos y las pantorrillas. Sí, mejor sentado. Te sacaste las zapatillas. Las plantas de los pies ahora dejan su carne en contacto con el piso frío. Es una prueba, a ver si por ahí el cuerpo se distrae. Pero la carga se acelera. Preparás los isquiones, los anclás con fuerza en el almohadón blanco porque, a pesar de los esfuerzos, ya vas sintiendo cómo esas voces van trepando por tu esófago; cómo está escalando el río fresco de las sierras hacia tu garganta; cómo la saliva aumenta al adivinar las diferentes texturas epidérmicas que están queriendo abrirse paso y remontar la tráquea.

Entonces, llenás los pulmones de un aire cálido y pesado. Sentís como los omóplatos se inflan y se separan, cómo los hombros suben un poco y el torso toma envión hacia atrás. Ya no hay tiempo. Retenés la inhalación por unos segundos y te asegurás de que los dedos de las manos hagan el lugar necesario en los labios, y te mandás, con las ganas resignadas de sacarte finalmente todo ese agite de encima…

…nada, un grito vacío que, a lo sumo, empaña con su aliento la palma de una mano. El silencio de lo que pudo haber sido atraviesa las amígdalas, raspa la lengua y choca con los dientes.

Pero en esas mínimas partículas de vapor todavía pueden adherirse los rastros de la memoria por venir.

 

***

 

 

Más info sobre el ciclo

Acerca de:

Magdalena Casanova

Es Magíster en Crítica y Difusión de las Artes (UNA), docente de “Historia de las Artes del Movimiento” (PREU-UNA), crítica especializada en danza e investigadora del Instituto de Investigación y Experimentación en Arte y Crítica (IIEAC – Universidad Nacional de las Artes, Buenos Aires). Se focaliza en la investigación en danza, específicamente en el análisis discursivo de la crítica periodística de danza contemporánea porteña y, de manera general, estudia las relaciones que pueden existir entre la palabra y el movimiento. Dicta talleres y laboratorios de danza y escritura en diferentes espacios de formación.
Ha presentado el resultado de sus indagaciones en variados congresos y ha publicado artículos en distintos medios argentinos.
Es bailarina y profesora de danza contemporánea, trabajó como asistente coreográfica y de dirección en creaciones de danza y de teatro y participa en obras multimedia que ponen en juego el cuerpo y la escritura.
Es la editora general de LOÏE. Revista de danza, performance y nuevos medios.

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Acerca de:

Beto Gutiérrez

Caracas-Venezuela, 1978. Fotógrafo, artista visual y docente radicado en Buenos Aires. A través del retrato, propone un cuestionamiento de los cánones mediante la exploración de estéticas y sujetos de algún modo marginados. Actualmente, forma parte de (@laongbuenosaires), proyecto colaborativo dedicado a la fotografía contemporánea.

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