LOÏE. 15

Escuchar el bosque: estados de flujo, escucha profunda e interacción

6 de septiembre de 2024
Disponible en:
Español
For me, Deep listening is learning to expand the perception of sounds to include the whole space/time continuum of sound— encountering the vastness and complexities as much as possible. Simultaneously one ought to be able to target a sound or sequence of sounds as a focus within the space/time continuum and to perceive the detail or trajectory of the sound or sequence of sounds. 
Pauline Oliveros, 2005.

 

Algunos semiólogos han propuesto recientemente un nuevo acercamiento al estudio de los bosques y selvas como semiósferas complejas cruzadas por biofonías (los sonidos de pájaros), geofonías (el agua, el viento), antropofonías (voces, ruidos al caminar, las respiraciones, los latidos del corazón) y tecnofonías (dispositivos, máquinas, ruidos). Hace algunos años, Murray Shafer y Pauline Oliveros propusieron volver a las prácticas semióticas del silencio y de la sintonización cuerpo-ambiente a través de la escucha: el concepto fundamental es el de reaprender las pautas de los procesos de interacción ecológica entre nuestro cuerpo y el entorno natural.

La biosemiótica contemporánea, entre otras definiciones, ha considerado la vida como un proceso de semiosis ilimitada en el sentido de un incremento y enriquecimiento del significado. 

Esta experiencia laboratorial explora algunos procesos de traducción inter-semiótica entre las prácticas performativas y las semiósferas sonoras de los bosques andinos. Para nosotros, la interpretación implica siempre procesos de transformación, y en este caso, nuestras prácticas se articulan con los conceptos de escucha profunda de Pauline Oliveros y escucha límpida de Murray Shafer, la práctica del flujo somático de Cysthimihaly, además de la teoría del vínculo de Gregory Bateson y Eliseo Verón. La danza, la interacción de los cuerpos, sus movimientos y gestos son una forma de interpretación. A esto agregamos la idea de los estados somáticos de atención, en el sentido propuesto por Thomas Csordas. 

Estas performances son investigaciones en curso y se llevan a cabo a través de relaciones entre biosemiótica y bioacústica, generando acciones y experiencias donde el eje central es el enriquecimiento del significado del vínculo ecológico.

¿Qué espacio se construye somáticamente a través de esta experiencia , sobre todo, de qué tipo de experiencia se trata? ¿Qué ocurre entre la percepción del cuerpo propio, del tiempo y del espacio?, y ¿cuáles pueden ser las pautas significativas de respuesta y de interacción de nuestros cuerpos con la biomasa viva del bosque?

Se ha definido en la estética contemporánea que una atmósfera es algo etéreo, sin límites o formas precisas, algo indeterminado, pero intensamente presente y sensible. Quizás es lo primero que captamos y sentimos, incluso antes de construirnos una escena de reconocimiento de los signos y figuras del mundo natural, de los objetos y de las formas. Lo atmosférico sería un nivel o estado de semiosis de la primeridad que involucra intensamente las sinestesias en un proceso vivo de con-fusión y oscilación de una significación que no se polariza nunca, sino que se sostiene en un flujo envolvente de producción de sentido, en forma semejante a la experiencia perceptiva de los ruidos blancos de fondo continuo (white noises): una integración ambiental de las diversas frecuencias en una sola masa sónica espacial muy inmersiva y envolvente dentro de la cual emergen y puntúan biofonías y geofonías. Un goce somático de los estados de flujo sin cortes y sin rupturas. 

Debemos reaprender a entrar en esta biomasa sónica en procesos graduales de inmersión psicosomática, e interactuar con ella en una relación ecológica intersubjetiva y afectiva. Experimentar un umbral, un borde o apertura de acceso, luego un impulso exploratorio y la necesidad de trazar derivas. Poco a poco la escucha se vuelve cada vez más refinada sin dejar de percibir la masa sónica en su complejidad envolvente e inmersiva. El caminar lento y rítmico parece imponerse gradualmente, así como la conciencia de la propia respiración y del ritmo corporal: trazando en vivo una práctica semiótica basada en una sincronización y sintonización que va borrando y diluyendo los límites entre lo interior y lo exterior, pero también entre términos opuestos, así que la aplicación de este tipo de práctica semiótica debería hacerse a través de modelos y conceptos semióticos de lectura que privilegien las continuidades rítmicas y emocionales, los quiasmos, los flujos de producción de sentido

Como diría Gregory Bateson en relación con las interacciones entre ambientes-cuerpos-seres vivos, hay que volver a un saber sentir y escuchar el sonido del bosque para luego, en un metálogo que pareciera no tener fin, responder con las pautas adecuadas. Es posible que la fusión del sonido de nuestra respiración y la del fuelle pulmonar de un acordeón sea una de estas pautas de respuesta, ¿acaso no se trata todo esto de retomar en la semiótica la teoría del vínculo en una escala ecológica y trascendente?

 

 

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Laboratorio de semiótica y socioantropología, Facultad de Artes, Universidad de Los Andes. Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico, Tecnológico y de las Artes. Venezuela. 
Performers invitados: Juliana Mendonca y Sofía Mendonca (Liqui Dance), Yoya Toro, Nathaly Echavez, Claudio Gasparotto (Movimento centrale-danza). Bosque andino húmedo, Parque nacional La Musuy, Estado Mérida, Venezuela, mayo 2024.

 

 

Acerca de:

Rocco Mangieri

Arquitecto, performer y semiólogo. Coordina el Laboratorio de Semiótica y Socioantropología de la de la Facultad de Artes de la Universidad de Los Andes. Actualmente colaborador de Movimento Centrale Danza-Teatro de Claudio Gasparotto (Rimini, Italia) y del Progetto Boschi, coordinado por Federico Montanari (Universidad de Módena). Miembro de la Federación Latinoamericana de Semiótica FELS. 

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