LOÏE. 13

Cuerpo ojo – cuerpo trayecto: fruición móvil de arte territorializado

14 de diciembre de 2023
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Español

Una intervención diferente

Intervenir Abasto: co-producir la textualización urbana del arte es una intervención artística cuyas dos ediciones[1] se incluyeron en el XI Congreso Argentino de Semiótica 2023. Su carácter experimental deriva de dos caracteres. El primero es que se trata de un acto de fruición del arte que se realiza inscribiendo el cuerpo-ojo y el cuerpo-trayecto en espacios urbanos textualizados a través de variados procedimientos de transposición de discursos del cine, la música, la literatura, entre otros. El segundo es su diferencia con las formas más practicadas de intervención artística porque se cursa en la posición de recepción y no en la de producción, que es la realización más usual.

Un output de investigación

Se trata de una exploración, que es un resultado poco convencional de actividades de investigación, ya que la intervención en ese encuentro académico recoge experiencias previas realizadas durante los años 2019 y 2022 con el título Cuando fruir es andar: recorrido performativo del Abasto, abierto al público y con participación de los alumnos de la cátedra Proyecto de Graduación de la Licenciatura en Crítica de Artes (UNA).

 

La propuesta 2023, enmarcada y surgida de sucesivos proyectos de investigación[2] radicados en el Instituto de Investigación y Experimentación en Arte y Crítica (IIEAC), plantea realizar una práctica grupal de consumo móvil de narraciones de arte. El objetivo de recorrer el entorno Abasto es la puesta en tiempo y espacio de escenas de fruición y apropiación interpretativa móvil del arte narrativo en entornos urbanos (objeto de los PIACYT) que implica, a la vez, una forma dinámica de investigación cualitativa: la caminata por zonas urbanas marcadas por los plurales lenguajes del arte facilita la fruición inmersiva y performativa en esa textualidadespacializada (Careri, 2002).

El Abasto: texto de arte

El tango, el fileteado, el rock, el teatro, el cine y la literatura transitaron y transitan el Abasto que, a su vez, se apropia de esos lenguajes en muros, veredas y fachadas para tornarse en un texto de arte territorializado. La propuesta 2023 en el CAS realiza una caminata grupal por un itinerario que va tras los signos múltiples de esa trama textual y reclama una fruición estética móvil para coproducir, a la vez, el espacio y el discurso artístico transpuesto a ese paisaje urbano.

Previamente al día de la actividad, se envía al grupo de WhatsApp creado ad hoc un conjunto de textos sobre la zona del recorrido que pre construye la mirada: indica qué es digno de recortar y fruir con posterioridad, durante el recorrido (Urry, 2002). Mediación que, inicialmente, funda el cuerpo en tanto ojo, como condición del potencial desarrollo ulterior del cuerpo en tanto trayecto. Esta mediación consiste en imágenes y textos: por ejemplo, el fragmento de la partitura de un tango en una fachada, los murales de Marino Santa María en la calle o los de Páez Vilaró en la estación Carlos Gardel del Subte B. En definitiva, marcadores (MacCannell, 2003) del espacio como espacio de arte. A lo largo del trayecto, un integrante del equipo de investigación conduce la actividad y dirige la atención del grupo hacia los marcadores que van hilando narrativamente el espacio.

En resumidas cuentas, el conjunto discursivo enviado por WhatApp antes (e incluso, a veces, durante el recorrido) es condición de producción de las caminatas: diagrama una secuencia de lugares y objetos para ver y, al hacerlo, genera un orden secuencial estructurado narrativamente. Como un texto, el trayecto presenta eventos y sitios con esa disposición para dar sentido al lugar y contar una historia coherente (MacLeod, 2017). De este modo, el lugar se consume a través de la narrativa unificadora del recorrido: migrantes desde otros soportes, los marcadores reales y virtuales seguidos durante el recorrido dirigen la mirada y gestionan la experiencia del cuerpo-ojo.

 

En este itinerario se encarna en tiempo/espacio el acto de caminar no sólo en su dimensión física, sino en tanto apropiación hermenéutica performativamente cursada del entorno artísticamente textualizado por parte del caminante, del mismo modo que el hablante se apropia y asume la lengua y, a la vez, la produce: caminar en este encuadre es una realización interpretativa del lugar, así como el acto de habla es una realización sonora de la lengua (de Certau, 2000). En esta perspectiva, el cuerpo-trayecto coproduce el espacio como un texto narrativo.

Marcadores y relato costumbrista

Los pentagramas de diversos tangos estampados en las paredes o la letra de El último café en la vereda del pasaje Zelaya señalan que “aquí florecía el tango”; la multitud de placas en la fachada del Chanta cuatro, la escultura de Gardel, el museo-casa del cantante y la reiteración omnipresente del tres cuartos de perfil a todo color de la sonrisa del zorzal ritman el espacio marcando “aquí cantó y vivió Gardel”.

 

El filetado de fachadas y el muralismo arropan el barrio: los murales de Marino Santa María en subterráneos y en la calle, los de PaezVilaró en la estación Carlos Gardel[3]. Todos estos marcadores, con su funcionamiento indicial acumulado a lo largo de unas pocas cuadras, operan sinecdóquicamente: parte desprendida del pasado, remite a un relato de corte costumbrista de amplia circulación social que narra los trabajos y los días de la Argentina de principios del siglo XX. Situadas en la relación entre el ojo y su apropiación del sitio textualizado, las performances del cuerpo trayecto trazan (ordenan, proyectan) identidades individuales y grupales y aluden a geografías imaginadas más amplias, de las que el escenario es parte y puede incluso simbolizar.

 

Cuerpo trayecto: efecto de realidad

A medida que los marcadores se van sucediendo durante el recorrido, su condición de signo de existencia tiende a plantear un efecto verosimilizador del relato encarnado, reforzado por la contigüidad factual entre el cuerpo del caminante, el objeto marcado y el encuentro con eventos azarosos, no controlados ni anticipados, con transeúntes, vecinos del barrio, los gritos de la calle, el sonido del tráfico, la oferta ocasional de un mantero, en fin, los rasgos propios de una textualidad a cielo abierto que escenifica, así, la imprevisibilidad de la vida.

El recorrido del espacio-texto por el cuerpo en tránsito moviliza el principio kinestésico de inscripción corporal en la semiosis que, en su contacto con los objetos y situaciones circundantes, es superficie de inscripción del entorno (Fontanille, 2004).  El lugar imprime su firma sobre ese cuerpo móvil. Por ejemplo, el sol o el viento en la piel o los olores -al surgir espontáneamente en el desplazamiento– subrayan y sostienen un efecto de realidad que aquí, en la fruición móvil, es el revés de la trama de consumos estáticos como, por ejemplo, el cine, que opera por submotricidad y cancelación del mundo exterior en una sala cerrada para seguir el trazado fantasmático de luces y sombras en una pantalla. El escenario y el entorno donde se realiza el ritual del consumo estático del film está, además, diseñado para erradicar todo lo que no sea ocurrencia en la pantalla, a diferencia de lo que sucede con la fruición móvil afectada por las contingencias imprevisibles del espacio-texto polivalente donde se desarrolla: escena a la vez de arte pero también de la vida social cotidiana. Los ritmos regulares y normativos del lugar, promovidos por los habitantes del barrio, por sus comercios y por transeúntes, contribuyen a la sensación del lugar como texto de la vida.

Conclusión

La actividad performativa entrañada a partir de recorrer, mirar, oler, escuchar, tocar, propuesta en estas dos intervenciones, es la forma de adentrarse en el fenómeno de la fruición móvil en sus significaciones sensorio motrices asociadas a los principios kinestésico y cenestésico de inscripción corporal en la semiosis (Fontanille, 2004).

En síntesis, experiencia de un recorrido hermenéutico performativo, fenoménico y encarnado de la significación (ya no sólo formal y lógico) que se va desplegando durante el trayecto. Así, la experimentación propone una vía de aprehensión de las propiedades más sensitivas de esa textualidad artística territorializada, un tanto elusivas en los procesos más silogísticos de análisis que suelen secundarizar su incidencia en la producción de sentido así como sus efectos en reconocimiento.

 

***

 

[1] Jueves 17/08 y sábado 19/08 del 2023.

[2] Apropiaciones móviles de la ficción narrativa literaria y cinematográfica 2018-2019 Código del Proyecto: 34/0414; Intervenciones críticas: algunas lógicas actuales y locales 2020-2021 Código Pyto 34| 0582.

[3]A comienzos de 2023 se realizaron múltiples murales sobre la calle Agüero, pero esos conforman otro hilo de ese tejido textual complejo del Abasto que merece análisis aparte.

 

Bibliografía

  • de Certau, M. (2000) La invención de lo cotidiano I. Artes de hacer. México DF: Universidad Iberoamericana.
  • Careri, F. (2002) Walkscapes. El andar como práctica estética. Barcelona: Gustavo Gili.
  • Fontanille, J. (2004.) Soma et Sema. Figures du corps. París: Maisonneuve&Lorose.
  • MacCannell, D. ([1976] 2003). El turista. Una nueva teoría de la clase ociosa. Barcelona: Melusina.
  • MacLeod, N. (2017) “The role of trails in thecreation of touristspace”. Journal of HeritageTourism, 12 (5) 423-430.
  • Urry J. (2002) Thetouristgaze. Leisure and travel in contemporarysocieties. Londres: Sage

Acerca de:

Silvina Tatavitto

Graduada en Letras (UNNE) con honores (Premio Academia Argentina de Letras, 1987). Adjunta de Proyecto de Graduación I y II (Crítica de Artes-UNA). Ha sido miembro del Comité Académico del Instituto de Investigación y Experimentación en Arte y Crítica (UNA). Investiga las fruiciones móviles y performativas de narraciones del arte.

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