Jasko + Una Constante, performance interpretada por Peter Jasko y la compañía UNA CONSTANTE: Jesus Guiraldi (dirección), Natalia Litre, Dayanna Quecano, Tian Rios Beltrán, Katiuska Cantillo, Mauro Cacciatore, Pascal Melnick, Adam Feiguin, Florencia Ciucci, Kanako Hongo, Kaxo, Julian Ferrari, Santiago Palavecino. Artistas invitadxs: Solsire Pinto, Yudi Jimenez, Sebastián Salvador. CeCAM (Centro Cultural de Artes del Movimiento), Chile 2958, CABA. Función: 03 de marzo de 2018.
Intencionalmente o no, el cuerpo, en tanto soporte de movimiento, es un potencial generador de infinidad de situaciones comunicativas. En cuanto a la danza, existen diversas técnicas que trabajan la interacción entre los cuerpos de un modo más o menos equiparable al lenguaje oral, como aquellas que se rigen según patrones de movimiento del estilo “pregunta-respuesta”, y que, al igual que en el habla cotidiana, podrían darse de manera improvisada. Ahora bien: es evidente que no todas las danzas ni espacios físicos proponen los mismos modos de relacionarse. En los códigos y reglas de cada técnica –si es que la hay-, así como en los espacios donde se llevan a cabo sus rituales, influyen, aunque no de manera lineal ni mecánica, determinadas concepciones del cuerpo y de la danza: una serie de ideas que operan sobre la forma y condicionan los modos de relacionarse. Aunque la propuesta performática se “encapsule” o “se abra” espacial y kinéticamente, lxs espectadorxs no escapan a esta situación relacional. Al coincidir en tiempo y espacio, el modo en que los cuerpos se relacionan en escena recae, inevitablemente, también sobre los cuerpos de lxs espectadorxs. Entonces, si bien entendemos la danza y el movimiento en todas sus variantes como un modo de relacionarse, ¿cómo se transforma el espacio del espectador a partir de las relaciones que se ejercen en él? ¿Cómo transforma la danza estos modos de relacionarse? ¿Cómo los modos de relacionarse transforman la danza?
El sábado 03 de marzo, el CeCAM (Centro Cultural de Artes del Movimiento) albergó una experiencia performática, resultado del trabajo conjunto entre el bailarín eslovaco Peter Jasko, quien dictó un seminario en Buenos Aires, y la compañía experimental Una Constante, dirigida por Jesús Guiraldi. El proceso creativo duró cinco días y, lejos de unificar a lxs bailarinxs bajo el marcado estilo de movimiento (en el que se pueden reconocer influencias del flying low y el passing trough) de Peter Jasko, se trató de la confluencia de una multiplicidad de distintos “ideolectos” de movimiento. La experiencia performática fue impactante ya que plasmó diecisiete cuerpos funcionando como un gran organismo vivo, aún en la evidencia de las diferencias de quienes lo componen.
La escena fue encabezada por un solo de Peter Jasko que duró hasta que él mismo pasó a ser una parte más del “todo orgánico” a medida que ingresaban a la escena nuevos cuerpos, que hasta el momento se encontraban en la periferia, junto a los espectadores. El diálogo se desarrolló mediante entradas y salidas del espacio escénico, contrastes de energía y dinámicas, constante movimiento o extrema quietud. La experiencia consistió en una forma de encuentro y de transformación de la realidad compartida a través de la danza, con la clara consigna devenida movimiento y pautada por Jasko, que consistía en que los integrantes se relacionen entre sí “sin modificar la propia danza”. Inevitablemente, tanto la cantidad de performers como el amplio espectro de movimiento, dieron lugar a momentos de caos, tensiones y armonías. Estas corporalidades improvisantes, constituyeron, cada una desde su material de movimiento, entre las paredes, bajo los techos altos y vigas del CeCAM, una unidad en el espacio.
La experiencia performática fue la clara muestra, por un lado, de que la unidad no excluye la diferencia entre las partes que la componen, y por otro, que no hay posibilidad de diálogo sin escucha. Estos dos ejes, la diferencia y la escucha, devinieron en diversas imágenes móviles: cuerpos que orbitan entre sí, que se atraen y se repelen, que forman una masa y luego explotan, disipándose por el espacio. Lo mueven, lo atraviesan, lo sacuden, lo llenan, lo vacían, lo transforman. Juegan con el peso, las distancias, los encastres, la gravedad.
La relación entre los cuerpos improvisantes a partir de “la propia danza” o “lo que cada unx trae consigo” es también un posicionamiento político, una forma de ocupar el espacio físico, lejos de la réplica de formas impuestas o de falsas armonías. Del encuentro genuino a través de la danza propia en conjunción con la de otrxs, se adquiere siempre un conocimiento y es por esto que la función Jasko + Una Constante se trató de una experiencia performática y no de una obra acabada. La propuesta artística fue, quizás, una arista de las distintas formas de encuentro que propicia el CeCAM, que abrió sus puertas el año pasado y hoy se reafirma autogestivo en la escena de la danza independiente. Incluso, desde las actividades que gestiona, tales como las clases de la formación EME, o el Festival Constante, propicia espacios de autoconocimiento, punto de partida para el encuentro con otrxs. Es en esta instancia donde el cuerpo puede cuestionar(se) sus roles y las casillas en las que la sociedad lo coloca y donde el movimiento deviene crítico. No hay experiencia, entendida como aquello de lo que se extrae un conocimiento si no es en el encuentro colectivo de individualidades que ejercitan la pregunta como motor de movimiento.
Sobre el CeCAM: https://www.facebook.com/CentroCulturalAM/ — http://cecam.com.ar/