Está soleado y el Conti se ve hermoso con su parque verde salpicado de sombras. Un lugar que fue tan terrorífico ahora transmuta ese dolor en memoria, cultura, danza. Respiro hondo por esa maravilla poderosa que me transmiten las luchas colectivas y las batallas ganadas, por más pocas, mínimas, simples que parezcan.
Ahora voy a participar de una experiencia de un arte que lucha: la danza. Entro en la dimensión con la que nos conecta este arte, que nos trae a habitar el mundo de manera sensible.
Apoyo mis pies descalzos sobre el suelo de la sala, este espacio amplio donde la mirada se aleja con mucho aire. Respiro. Somos un grupo que se acomoda con libertad. Yo suelto mi peso a la gravedad. Cierro los ojos. El piso me abraza.
Entro al espacio para soltar y suelto para entrar escucho que dice una voz masculina, suave, cálida, que danza mientras habla. La voz que guía y nos invita a movernos desde el inmenso disfrute de descubrirse, crearse y dejarse encontrar es de Jesús Guiraldi (todas las cursivas del texto corresponden a sus palabras).
Allá voy.
En el suelo, acostada, percibo mi cuerpo, mi peso, mi volumen. Me siento a mí misma. Siento toda la humanidad en mi pequeña existencia. Siento el mundo como una totalidad omnipresente y siento el aire que entra y sale de mis pulmones. La vida se reduce a este presente tan claro y concreto del cuerpo que ahora el tiempo se vuelve denso.
El tiempo es un sentimiento subjetivo.
La invitación a bailar es como un despertar en la quietud de la madrugada. Es un llamado al movimiento desde el vacío. Yo me siento en la nada, como si de repente no supiera qué hacer, ni supiera dónde estoy ni cómo moverme. Como si no hubiera una consigna, una indicación. Como si no hubiera nada. Como si no tuviera que hacer nada.
Claro, pienso, ese es el vacío, eso es vaciarse.
En la óptica china, el vacío no es, como podría suponerse, algo vago e inexistente, sino un elemento eminentemente dinámico y actuante. Ligado a la idea de alientos vitales y al principio de alternancia yin-yang, constituye el lugar por excelencia donde se operan las transformaciones, donde lo lleno puede alcanzar su verdadera plenitud. (Cheng, 1985).
Hasta ahí llego con mis palabras. Me desnudo de ellas. Las empiezo a dejar en distintos puntos del espacio.
Me vacío
Vacío
V a c í o
V A C I O
El vacío: una caída en picada hacia la nada.
¿Qué me sostiene?
¿La tierra?
¿El deseo?
Muevo el aliento de mi cuerpo.
Muevo el aliento alrededor de mi cuerpo……………
Muevo todos los puntos que soy. .. . . . . ……. ……
………………………….. ………. ……… . . . … ………. ………….. . … …
Puntos líneas
….. — ____ ……. – – -. …… .. —- ……… ____ … ——— .. ——–
______________________ _____________ ________ _ ___ __ ________
Líneas salen, entran, forman, deforman, me dan forma.
FUI —————- SOY—————NADA——————TODO————-VACÍO————PLENITUD
HUMANA ESTALLADA EN LA DANZA
La improvisación es para mí el ser sucediendo en la acción
***
MOVIMIENTO CONSTANTE
Por Jesús Guiraldi – @jesus_guiraldi
Proponemos un estado constante de creación y experimentación, donde hay un tiempo, una forma y una actividad para cada experiencia corporal. Buscamos sentir y resignificar cada momento en el espacio. Esa es la razón por la cual la improvisación será el eje principal de la clase. Nuestro universo personal será el medio para experimentar. Traeremos diferentes lenguajes de movimiento como contemporáneo, urbano, natural (Parkour), circo y folk para desarrollar y enriquecer la investigación individual. Alentamos un enfoque escrito de las acciones y reacciones que surgen de cada experiencia durante el taller. MOVIMIENTO CONSTANTE es presencia, construcción, destrucción, relación, producción. Es un estado democrático del cuerpo.
Miércoles 24 de noviembre de 2021 en Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti.
Festival Constante 2021 – @festivalconstante
*Foto portada: @ezencia_audiovisual