FESTIVAL CONSTANTE. PROGRAMA 2 – MANIFESTACIONES DEL FUTURO
Lo único que puede hacer un cuerpo. Dirección: Nahuel Alonso La Valle. Intérprete: Cielo Ríos. Asistente General: Marina Andreotti. Asistente de Rodaje y Edición: Alejandra Jennifer Cerrotta. Corrección de Color: Cristian M. Cuchian. Asistencia Técnica: Cristian M. Cuchian y Alejandra Jennifer Cerrotta.
La máscara y el tiempo. Dirección: Marina Andreotti. Intérprete/bailarín: José C. Campitelli. Montaje y edición: Jennifer Cerrotta. Cámara: Cecilia Lafuente – Marina Andreotti. Música y diseño sonoro: Julio Sleiman.
Migrante. Dirección: Inés Armas. Intérprete: Cielo Ríos. Música: Sami Abadi. Cámara y edición: Valentina Camus. Producción: Limítrofe. Asistente de dirección: Raymi Etulain. Agradecimientos: Nicanor Bornia, Carla Berdichevsky, Mario Armas.
Parque. Idea, dirección y realización: Iván Asnicar, Ailén Cafiso. Cámara: Dante Miani. Fotografía: Dante Miani, Iván Asnicar. Coreografía e interpretación: Ailén Cafiso, María Díaz. Otros caracteres: Ezequiel Mainardi. Música: Potencial de acción. Music SFX: Grillo. Guitarra: Mauro Miani. Voces: Ailo. Asistencia de vestuario: Camila Morvillo. Locación: Sebastián Sutton. Duración: 6:23.
Habitantes. Dirección y coreografía: Agustín Detzel. Performers: Catarina Rack, Vicente Toddere, Fausta García Lupi, Daniel Abalde, Ernesto Blanco, Fernando Lamarchina, Nahuel Contreras, Carla Chaves, Katja Paniagua. Música: Santiago Sequeira. Duración: 6:34.
Antro. Dirección e interpretación: Doxa Morfa. Asistencia coreográfica: Mak Francinella. Diseño lumínico: Maite Levon Gorostordoy. Obra apta para mayores de 15 años. Galpón Face. Dean Funes 2142, CABA, Argentina. Función: 07/11/24.
No vemos mucha diferencia entre espacio y tiempo, no sabemos donde uno empieza y el otro termina.
John Cage
A veces, cuando voy a mirar una obra, previamente leo la gacetilla de prensa, o busco en redes alguna sinopsis. Google, a ver qué es lo que voy a ver, qué tengo que esperar de eso. Y a veces, no lo hago. Dejo que me sorprenda, que el texto no condicione mi interpretación, que lo que produzca la obra dentro mío esté sin mediación, que llegue en crudo. Esta última opción es la que elegí para el Programa 2, Manifestaciones del Futuro, del Festival Constante. Y así, cuando terminé de ver el conjunto de obras que se presentaban, una tras otra, me quedó resonando esa acumulación. Me gusta eso, quedarme con la huella, con todas esas capas superpuestas, solapadas, que se conectan inevitablemente, por parecido o por oposición.
El Programa 2 del Festival Constante está dividido en tres propuestas: la sección Estrenos, donde se presentaron La máscara y el tiempo. Retrato de un bailarín, de Marina Andreotti, y Migrante, de Inés Armas; la sección Premiados VDBA 2023, conformada por Parque, de Iván Asnicar, y Habitantes, de Agustín Denzel; y por último, la sección Escena Expandida, que cuenta con la obra Antro, de Doxa Morfa, y Lo único que puede hacer un cuerpo, de Nahuel Alonso La Valle. Más allá de las secciones, se puede hacer, en líneas generales, esta división: por un lado, obras en formato audiovisual, ya sea como instalación (con acceso a través de un código QR) o como videodanzas que se proyectan en vivo; y por otro, una propuesta que se presenta en la sala, detrás del telón, en coincidencia de tiempo y espacio, la única obra del Programa que nos invita a ver un cuerpo en escena ao vivo.
¿Qué deja el corpus en mi cuerpo? Ver me hace pensar. Pensar me lleva a imaginar. Y cuando imagino, aparecen, de no sé dónde, las palabras para escribir y volcar las ideas. Ideas que andan revoloteando por ahí y que, de pronto, puedo atrapar y materializar en oraciones. Para eso, siempre tengo a mano un cuaderno donde anoto lo primero que aparece en mi mente. Podría decirse que es un juego. Y como jugar con otros es más divertido e interesante que jugar solo, este escrito puede ser también una invitación al lector a que haga lo mismo: al ir a ver una obra, ser un espectador/escritor de ideas, sensaciones, imaginarios. A modo de estímulo, dejo ver un poquito de mis anotaciones, algo de mi proceder como espectadora/crítica (pero sólo un poquito):
- La máscara y el tiempo. Retrato de un bailarín
Una máscara, todas las máscaras. Un no-rostro y, a la vez, todos los rostros posibles, habilitando la imaginación del espectador.
Descubre, se descubre, desnuda su identidad. Aparece, reaparece de sí mismo.
En todos los estadíos de la vida la fragilidad y la fortaleza trabajan en un complejo pas de deux.
Fragmentos de las memorias del bailarín José C. Campitelli.
¿Qué es importante decir con el cuerpo en el aquí y ahora?
Una silla, un kimono, una máscara, una hoja, un gato.
“No hay fortaleza sin fragilidad”.
- Migrante
Todo gris, cemento, nubes, un manto de nubes. Pausas, suspensos. Suspender, arrastrar, jugar con las líneas del espacio.
Fluir en la altura, respirar en la altura, ser con el entorno. Él está en su medio, él es el medio. La cámara se contagia de la cadencia de ese cuerpo, se nutre, se contrae, se expande. Cuerpo expandido, cámara expandida. Él se mueve como un líquido, pero no de manera escurridiza, sino más denso, como si fuera mercurio.
“En mi danza, la resistencia”.
- Parque
Meteorito aproximándose al inevitable impacto. Copas de los árboles ardiendo en llamas. Un cuerpo sobre un terreno árido, seco y desolado. Ruinas. Todo se ve y se siente áspero, quebradizo, hasta la respiración está rota, se rompe en cada intento de inhalación y exhalación.
Rodar por la tierra, como si fuera una planta rodante, pero hecha de cuerpo.
Una iglesia, la representación de una virgen que me recuerda a una oruga (y un poquito al solo Lamentation, de Martha Graham).
Formas sin forma, sin límite. Lo liminal puesto en crisis. Cuando sólo queda destrucción, no importa nada, ni el límite, ni el borde de las cosas.
- Habitantes
Cuerpos post pandémicos. Cuerpos acelerados, sufrientes. ¿Qué queda después del dolor? ¿Cómo se ve la agonía? ¿Qué ritmo, qué cadencia produce el dolor en un cuerpo?
El último vestigio de la humanidad, el último instante de existencia. El último aliento. La última acción, antes de perecer.
- Lo único que puede hacer un cuerpo
QR en la puerta del baño. Dos posibilidades conviviendo en el mismo espacio: lo virtual/digital y lo real, despojado de un cuerpo. El mismo espacio, distintos tiempos (¿o es al revés?).
- Antro
Nos recibe una frase al entrar al espacio escénico:
I. “Lo que no recuerdo lo intuyo como vacío”.
Un cuerpo sentado, frente a un monitor encendido. Mastica, chorrea. Desde donde estoy sentada, no logro vislumbrar qué es, pero se percibe jugoso.
II. “Vos te los comés a ellos”.
Luces led, titilantes, generando cierto efecto epiléptico y que es, a la vez, extraño e íntimo.
III. “Somos los mismos de siempre”. El juego de enfoque/desenfoque que habilita la cámara. El recorte visual que propone. Nos condiciona.
El cuerpo como esa herramienta que habilita las posibilidades. Las maneras de conectarse con los modos de moverse.
Y entonces, las preguntas comienzan a acumularse, me irrumpen, me sorprenden. ¿Qué hacemos con lo que vemos? ¿Qué pasa con una obra una vez mostrada? ¿Qué pasa con las imágenes que evoca en el interior del espectador de manera perpetua? ¿Qué sucede con el remanente post obra que ahora se vuelve una pieza más dentro de nuestro mapa de recuerdos? ¿Qué hacemos, como espectadores, con las imágenes que vamos recolectando?
En una entrevista, John Cage menciona una frase de Marcel Duchamp que, asegura, le gusta mucho, y que propone como meta “alcanzar la imposibilidad de transferir de una imagen a otra la impronta de la memoria”. Imposible o no, las imágenes que se generan al ver una obra se vuelven materia estimulante para quien observa. Cuando el tiempo y el espacio se confunden, todo queda en un umbral indefinido, borroso, poroso. Es ahí cuando el futuro viaja a este presente y nos adelanta lo que vendrá, y donde se manifiesta en un presente perpetuo.
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*Foto portada: Ale Carmona