Devora. Dramaturgia: Francesco Callegaro. Intérpretes: Catalina Briski, Alfonsina Macchi Herrera, Ana Laura Ossés, Josefina Sagasti, Muriel Sago, Casandra Velázquez. Dirección: Angela Babuin. Vestuario: Pedro Ventura Briski y Pasquale Napolitano Escenografía y diseño de luces: Martín López Palermo. Fotografía: Ana Forlano Video: Marco Lovisatti. Teatro del Perro: Bonpland 800. Función: sábado a las 21:00 hs, Hasta el 27/05/2023.
¿Y si no es obvio tener un cuerpo? Recién ahí, comienza la búsqueda de una poética propia, desde una creación en la que voy a otorgarle a la materia la capacidad de ser material de composición físico-existencial. Voy a hacer del cuerpo un paisaje y sobre todo una geología, un territorio donde excavar la memoria.
Rhea Volij, El idioma de la danza, 2020.
¿A qué le baila la danza?
Hay en Devora un dogma danzante que gravita entre rodillas y escápulas, entre sonsacas y réplicas, pero, sobre todo, hay seis grandes performers dirigidas por una maravillosa Ángela Baduin buscando un cifrado común para sus tejidos y tramas (singulares) que apelan a la evanescencia como estado impermanente mientras la rodean, patean, sacuden y bailan. También hay negritud y movimiento(s) conmovidos por su encuentro fugaz o ritual colectivo de cuerpos que, entre sombras, dibujan un mapa sin ángulos para dilatar el espacio y, con él, la voracidad por ser absoluto presente.
Sabernos acopio de la escenificación es de una integridad yerra o quebrada. No hay definición que espere ser hallada, ni palabra que exija ser dicha o farfullada. Hay iconografías, efigies, retratos de la belleza y la barbarie. De un tiempo incontrastable con la fuga poiética, es decir, la pura forma en expansión y evolución que logra, con acierto, abrir(se) para enunciarse a sí misma, frente a un piélago de sentido con-formado por la abundancia de miradas diversas.
De contorno(s) y frontera(s)
Sobre la piel, a través de la piel, se juega la tensión entre delimitación y respiración, protección y vulnerabilidad, percepción y sensación, ella está tomada entonces en las temporalidades distintas y tendidas entre la coraza y la caricia.
Marie Bardet, Pensar con mover, 2012
En Devora se-es en esa humedad compartida. En un laicismo sudoroso y moviente. En ese pa(i)saje de figura fondo donde se proyectan imágenes atomizadas con la experiencia de lo sensible. Experiencia de la utopía y lo real. De lo que se mueve al mover. De lo que es escuchado o visto. De todo aquello que rodea la sola presencia. Presencia que se potencia en las (de)marcaciones, pautas o consignas especificas. Lo que intentamos decir es que no hay límites para la creación o para el caos. Hay, sí, sitios donde poder desplazarse y retozar o advertir el gesto aún en la negrura como signo de un universo atroz e irrefutable. Es a través de esta pieza danzada donde podemos volver evidente el no-lugar que tiene la luz entre los bisbiseos de un devenir gravitatorio, suficiente, pero (in)consciente al fin.
Conexiones in actu
Escribir(le) al suelo
Al negro
A la palabra que si
Al futuro que no
A las piernas que sí.
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Imagen principal @Ana Forlano