Aperitivo, dirigida por Manuel Rivadeneira y Gisela Pellegrini. Intérprete: Manuel Rivadeneira. Dirección Coreográfica: Gisela Pellegrini. Diseño de Iluminación: Ayelén Cichero. Producción general: Reverberante Cía. Café Artigas, Gral. José Gervasio Artigas 1850, CABA, Argentina. Función: 07/08/2021.
Se estrenó Aperitivo de Reverberante Cía., un biodrama de teatro físico gestado en el 2019. Postergada por la situación pandémica, finalmente logró ver la luz en el bohemio Café Artigas.
Se trata de un unipersonal protagonizado por Manuel Rivadeneira, quien sin ningún pudor se expone física y emocionalmente ante la mirada del público. En esta propuesta que nos brinda Reverberante, el protagonista es el encargado de configurar los entramados de anécdotas amorosas malogradas que, de manera acumulativa, van develando la simpleza de su intimidad y su fantasía. Este hilado se construye gracias a una rica narrativa, pero sobre todo gracias a una gran carga poética física que logra enaltecer la idea de la obra. En Aperitivo lo absurdo sirve de recurso para redescubrir el conflicto existente entre la búsqueda del sentido intrínseco del amor hacia unx otrx o hacia unx mismx y la inexistencia aparente de dicho sentido, porque encontrarlo parece ser imposible.
En la obra se hace referencia al dilema del erizo que Sigmund Freud cita en uno de sus ensayos. Un relato simbólico acerca de lo que acontece cuando estos pequeños seres, con sus lomos cubiertos de púas, buscan la proximidad corporal de otros de su especie para mitigar un clima frío y hostil. Lo que conlleva aparejado una doble problemática ya que cuanto más cerca se encuentran los erizos más dolor causarán las púas de sus cuerpos, y cuanto más se alejen más sentirán el frío. En consecuencia, se verán en la necesidad de ir regulando su distancia hasta encontrar una separación suficientemente satisfactoria. De la misma manera, Aperitivo pone en relieve esta cuestión: cuanto más próxima e íntima sea la relación entre dos personas, más probable será que puedan lastimarse mutuamente, y de manera inversa cuanto más lejana sea su relación, más probable es que sientan la aflicción y la soledad que el distanciamiento de un ser amado implica.
Rivadeneira tiene experiencia en modos de existir en el escenario, su trabajo es versátil, demuestra una gran capacidad de responder ante los diferentes desafíos escénicos. Actúa, canta, baila, y dirige la obra junto a Gisela Pellegrini, coreógrafa y cofundadora de la compañía que ambos integran. Se destaca el trabajo de desconstrucción del cuerpo cotidiano para pasar a habitar otros cuerpos posibles, cuerpos animados, pero también inanimados. En una de las primeras escenas, el intérprete rueda por el piso del escenario convirtiéndose en bola de boliche para derribar un conjunto de sifones de soda dispuestos en forma similar a palos de bowling; recurre a la expresión gestual y corporal prescindiendo del lenguaje verbal en muchas ocasiones. Aquí se aplica el dicho “una acción vale más que mil palabras”, una verdad tan acertada que cuando el protagonista relata que es rechazado en una parada de colectivo por una chica que buscaba conquistar, el sentimiento o sensación de sufrimiento se configura en acción traducida en una lluvia de cachetadas, un sentir que cualquier espectadorx ha experimentado en algún momento de su vida.
En la obra se maneja el uso del ritmo y de la velocidad de tal manera que no deja espacio para el aburrimiento o la desconcentración, solo hay unas breves pausas mientras el protagonista bebe un gran sorbo de vermouth antes de continuar con el relato de su entramado afectivo. Para ello se apoya en el uso de artilugios y en un juego que busca romper con la finalidad última de cada uno de los objetos con los que interactúa. En la puesta se destaca la alternancia de luces cálidas y frías, con gran preponderancia de la tonalidad azul que refuerza una atmósfera de extrañeza e intriga. Lo multifuncional de la escenografía y el vestuario es aprovechado al máximo: un saco de traje en su reverso se convierte en púas, los sifones de soda se configuran como diversos objetos y los chizitos son mucho más que meros bocaditos de copetín. También la utilización de una cabeza de títere de ventrílocuo es eficaz para delatar la cruda verdad del protagonista, aunque en realidad se trata de su propia voz mediatizada, funciona como la voz de su conciencia. Durante todo el recorrido de la obra se plantea un estado de reflexión y aparente indiferencia sobre lo irracional, porque una y otra vez Rivadeneira demuestra que comete los mismos errores. Se cae y se levanta, avanza y retrocede para volver a avanzar por el mismo camino. Las mujeres y enamoramientos de su vida brindan la puerta posible hacia lo que habita en su mente, un continuo de dudas e interrogantes.
El término “aperitivo” hace referencia a una bebida o alimento que se toma antes de una comida principal para estimular el apetito. A modo de anticipo, casi como un tentempié, Cía. Reverberante nos ofrece “un Cinzano, algunas sodas y unos chizitos” antes del plato fuerte: una exposición amorosa que busca saber cuál es la distancia correcta con unx otrx, pero sobre todo con unx mismx.