Perrites Malvades, dirigida por Fiorella Álvarez Vleminchx. Performers: Fioreya, El Meinyu, Snifany, La Sophi3. Cantantes Invitados: Lula Fenomenoide. Coreografía: Fioreya, El Meinyu, La Sophi3. Diseño de luces: Jésica Montes De Oca. Diseño De Sonido: FrancIsco Caramello. Fotografía: Francisco Castro Pizzo. Asistencia de dirección: Luciana Calabrese, Eugenia Lapadula, El Meinyu. Producción: Fioreya, Marcos Krivocapich. Streaming desde El Galpón de Guevara, Guevara 326, CABA, Argentina. Función:23/10/20.
Estando por fuera de la lógica del mercado de la música podemos pensar que la idea de “música urbana” reúne aquellas expresiones que reflejan la realidad y sonoridad de las calles. En el caso del Trap, por ejemplo, su nacimiento está marcado por el rap y el hip hop del sur de Estados Unidos y por ritmos electrónicos con influencias africanas como el house o la dub music. En un contexto de situación económica precaria, violencia y negocios ilegales, emergen las “Trap Houses” (casas de trampa) donde principalmente se vendían drogas. Surge entonces la necesidad de una serie de jóvenes de contar su realidad partiendo del Rap, pero haciéndolo más bailable a partir de acelerar el ritmo de las bases, generando un ambiente más de fiesta que les permitiera evadirse de su situación a la vez que seguir denunciando su realidad.
La música urbana está hecha por artistas que generalmente no salen de la academia, sino de la calle. En nuestro país, las plazas funcionaron como el primer escenario donde comenzaron a reunirse grupos de pibxs para tirar rimas e improvisar en batallas épicas de freestyle que cada vez fueron reuniendo más adeptos. P3RR1T3$ M4LV4D3$ se propone descontextualizar los elementos que conforman la idea de un recital de música urbana y llevarlos al marco de una propuesta teatral para expandir, potenciar y desarrollar al máximo las posibilidades escénicas del recital como hecho artístico… ¡y claro que lo hace!
La lírica urbana suele caracterizarse por versos rítmicos, por un uso constante de la mixtura idiomática (frases que circulan libremente entre el español y el inglés) y del spanglish, códigos de la calle, lunfardismos y vicios lingüísticos propios del habla popular. Es un canto que reivindica la utilización del habla cotidiana, de una dicción expandida por las formas lingüísticas del mundo popular que dan entidad a algo que podríamos definir como una poética de lenguaje periférico. La poética de Perrites se forma por palabras filosas, como armas de denuncia que traen el relato descarnado de tres víctimas del feroz sistema de la danza. Los versos aparecen y con ellos se desnuda una dura crítica a muchas de sus prácticas, a su crueldad, exclusividad y elitismo. Cada tema descubre una capa más de esta cebolla. La voz urbana, de la calle, permite des-solemnizar el elitismo propio de este arte y dejar que afloren realidades que todxs lxs que somos parte de este mundo vivimos en carne propia.
Dentro del inconsciente colectivo, la imagen de lxs bailarinxs suele seguir ligada a lo etéreo, a lo frágil. Así como el que toca un instrumento nunca baila, pareciera que el que baila nunca habla. Creo que el “Si pudiera decir lo que siento, no valdría la pena bailarlo” (frase que salió de los labios de Isadora Duncan), si bien da cuenta de la capacidad de la danza para sublimar emociones, también propone indirectamente el silenciamiento de la palabra ante la acción. En el mundo de lo urbano, la música suele aparecer como la tabla de salvación ante una realidad social marginal donde son pocas las opciones. En el mundo de la danza, por el contrario, pareciera que su sistema suele ser la perdición, una sirena que seduce con su canto, aunque son sabidas las posteriores desgracias que esto implica. Dentro del recital, se denuncian los maltratos sufridos en la carrera de bailarinx, se muestra el espacio reducido y elitista del sistema del arte y de la danza.
Perrites es una obra escandalosa que no se ampara en el doble sentido para expresar una actitud en contra de lo comúnmente establecido. Antes que la actitud ególatra y el “yo tengo/tu no”, propio de la música urbana mainstream, vemos la historia de tres artistas enfrentando los demonios del sistema: el de las aptitudes físicas y las condiciones naturales, el de alturas y proporciones físicas determinantes, de cuellos largos, de audiciones, de ingresos, de cupos acotados, de deseos de futuro con recibo de sueldo para unxs pocxs. Es un testimonio en forma de recital, una plataforma que cuestiona la formación académica requerida para el desempeño profesional en cualquier rama del arte y que subvierte las lógicas propias de su mercado al preguntarse sobre aquello que se supone que debería tener unx bailarinx para desarrollarse en un género que no le pertenece. Como El Meinyu pregunta: ¿esto valdría más si supiera cantar? La verdad que no sabría decírtelo. Lo que sí puedo decir es que cada vez que veo Perrites siento un incontenible deseo de tirar la silla y ponerme a bailar, y eso es algo que no hay dinero que pueda comprar. Para todo lo demás, dejá tu “ughhh” en los comentarios.
*Foto portada: @macadenoia