TanGo, dirigida por Edward Tamayo. Asistente de dirección: María Carbonell. Creación e interpretación: Johann Pérez, Pilar Rodríguez, María Carbonell, Sofia Pisano, Milagros García. Música original: Kristoffer Wilhemsson. Diseño de vestuario: Pilar Rodríguez. Iluminación: Mauricio Pabón. Diseño audiovisual: Johann Pérez. Duración: 45 minutos. Función: abril 2017
Los ritos constituyen una forma de protección contra la Violencia y lo Sagrado, mientras que la fiesta anula las diferencias y, en primer término, las más esenciales, la separación entre lo masculino y lo femenino, entre la naturaleza y la cultura, y es ante todo sexual y cruel.
Camille Dumoulié en Nietzsche y Artaud: por una ética de la crueldad
En un atardecer de abril de este año, en una sala pequeña, en Mainz, una ciudad alemana pegada a la frontera francesa, fue posible experimentar TanGo una perturbadora invitación del colectivo LaCerda.
“Danza ritual” o “ballet desenterrado” es el modo en que sus integrantes definen a TanGo. Se trata de una pieza despojada de elementos escenográficos, donde sus cinco intérpretes capturan al público, llevándolo a su propio y oscuro mundo. Cuerpos sin rostro ni género, personajes que celebran un festival arcaico en el que, en permanente repetición, el sonido que se desprende de los cuerpos en movimiento, del roce de esa piel extraña con sus vestiduras (oscuros trajes que asemejan el vestuario del ballet, deformado, exagerado), invade el espacio hasta ser ahogado por los beats electrónicos.
La coreografía libera una fuerza impulsiva e hipnótica que, en definitiva, actúa como un hechizo sobre el espectador
¿Un ritual en busca del si-mismo?
¿Un triunfo sobre la muerte del individuo celebrada por el colectivo? ¿Un grito de libertad de los feos?
Siniestra, vívida, nativa, cruel y sucia, LaCerda crea estremecimiento estético con su estilo misterioso y excitante.
Lo atrayente de ese cúmulo de cuerpos abyectos, de despojos, es que, sin embargo, guardan un misterio: el misterio de lo sublime y de lo atemporal. Se trata de una performance que utiliza la confusión y la oscuridad como lenguaje y que, en ese abismo, está mucho más cerca de lograr una afectación, si se quiere, gloriosa, que otra que muestre sus ideas de forma demasiado límpida.
LaCerda es un colectivo de danza que nace en el año 2013 en Barcelona. Se crea a partir del encuentro entre dos artistas, María Carbonell (España) y Edward Tamayo (Colombia), con la inquietud en común de explorar las diferentes posibilidades del cuerpo, creando mundos y situaciones que inciten al espectador a reflexionar sobre lo ajeno y lo desconocido. El colectivo se cuestiona los códigos de relación que se han establecido entre público e intérpretes, así como el impacto de la identidad y el género en el mundo escénico. TanGo es su segunda producción y se ha gestado en el transcurso de 2016 con la colaboración del Centre Cívic de la Barceloneta y La Caldera Les Corts. En este trabajo LaCerda ha contado además con artistas de diferentes nacionalidades: Pilar Rodríguez Catón (Argentina), Milagros García (Argentina), Johann Pérez (Venezuela), Sofía Pisano (Argentina), Kristoffer Wilhemson (Suecia) y Mauricio Pabón (Argentina).
La pieza ha sido finalista en la “30 edición del Certamen Coreográfico de Madrid” y seleccionada para el “International Performance de Mainz Festival” y el “Festival TUDANZAS” de Barcelona.