Cuerpo, imagen y medio: perspectivas en la contemporaneidad

28 de June de 2024
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Primer Boceto, dirigida por Andrés Molina. Intérpretes: Diana Szeinblum. Ilustraciones: Mariel Mendez. Música en vivo: Ismael Pinkler. Diseño de iluminación: Adrian Grimozzi. Asistencia artística: Mariel Mendez. Colaboración artística: Julieta De Simone, Sharon Lusche. Dirección: Andrés Molina. Función: 15 de junio. Fundación Cazadores. 

El cuerpo es una pintura que cambia continuamente, una partitura en movimiento que crea y reinterpreta sus propios significados.
Paul Klee.

 

En el cruce entre Primer Boceto de Andrés Molina y las reflexiones filosóficas de Marie Bardet en su libro Perder la cara se abre un espacio profundo para reflexionar sobre la naturaleza del cuerpo humano como un medio de expresión en la contemporaneidad. Ambas obras desafían las concepciones convencionales acerca del cuerpo al explorar cómo, lejos de ser una entidad estática, puede convertirse en un canal dinámico y multifacético para la creatividad y la comprensión del entorno, especialmente bajo el prisma de la imagen y su poder transformador.

En Primer Boceto, Andrés Molina y Diana Szeimblum convierten el escenario en un lienzo en blanco donde el movimiento del cuerpo y el sonido convergen de manera intrincada, inspirada en principios de la pintura y el dibujo. La obra invita a reflexionar sobre cómo mímicas y aspavientos simples pueden interpretarse como una partitura que se despliega tanto visual como auditivamente. La ambigüedad entre cuerpo e imagen se explora meticulosamente creando un diálogo entre diferentes lenguajes artísticos que se entrelazan en una experiencia estética rica y compleja. Según Klee (2007), “las curiosidades pueden materializarse como realidades artísticas palpables”, con esta frase el pintor sugiere que el cuerpo mismo puede ser una expresión viva y dinámica que trasciende su forma física para convertirse en una manifestación artística verdadera y potente.

En su obra Perder la cara (2021), Marie Bardet explora la pérdida de la parte frontal del rostro como tema central, pero va más allá de la ausencia física de elementos como los ojos, la boca, la nariz y los oídos. Para Bardet, “perder la cara” implica desarticular la primacía de la visión y los sentidos convencionales en nuestra percepción corporal, escapar de una percepción hegemónica, oculocentrista, que limita nuestra interacción con el mundo. Esta pérdida también reconfigura nuestra relación con el entorno. Al desafiar la hegemonía de lo visual y los sentidos tradicionales, Bardet sugiere que podemos alcanzar una percepción más rica y directa de otros estímulos sensoriales, como el tacto, la temperatura u otros menos explorados y valorados. Perder la cara implica, por tanto, la idea de ganar una nueva perspectiva, de “dorsalizarse” (como dice la autora). Este término sugiere un movimiento hacia atrás, hacia la espalda, como metáfora de explorar y enriquecer nuestra experiencia sensorial en el mundo más allá de la dependencia y la primacía de lo visual. 

Por otra parte, en la contemporaneidad, la imagen juega un papel crucial como mediadora entre la experiencia personal y la realidad compartida. Walter Cenci, en Baudrillard y el cuerpo (2016), explora cómo la imagen transforma tanto objetos como sujetos en signos o cadenas sígnicas que emulan el concepto del “cuerpo y su doble”. En este sentido, el cuerpo humano, tal como se presenta en Primer Boceto, se convierte en un vehículo para este proceso de simulación y representación. La imagen contemporánea no solo refleja la realidad, sino que también la construye y la deconstruye, creando capas de sentido que van más allá de la mera apariencia física, provocando una exhortación (profunda) sobre la identidad y la percepción.

Al integrar estas reflexiones, se abre un espacio para contemplar cómo el arte y la filosofía convergen en la exploración de la corporalidad y la percepción humana en plena era digital. Ambas obras, Primer Boceto y Perder la Cara, no solo ofrecen miradas individuales profundas, sino que también nos llevan a reflexionar sobre cómo el cuerpo humano puede ser explorado y experimentado más allá de sus confines físicos. Presentadas como una acuarela en constante transformación, revelan continuamente nuevas realidades tanto visuales como conceptuales.

El enfoque de Andrés Molina resuena especialmente en su obra a través de los colores, los óleos y los juegos de luces, los cuales no se limitan a ser meros componentes estéticos, sino que funcionan como medios para explorar el cuerpo. Estos factores permiten indagar en la capacidad de la materia, entendida en términos biologicistas, para transformarse y metamorfosearse, sin necesariamente implicar una evolución lineal. Primer Boceto se distingue por su tangibilidad híbrida, que resalta su carácter en el ámbito del arte contemporáneo. Esta convergencia entre elementos físicos y digitales no solo crea una experiencia visual única, sino que también propone, tanto a espectadorxs como a lectorxs, sumergirse en un diálogo enriquecedor. En un contexto dominado por la representación digital y la simulación, la obra plantea preguntas profundas sobre la naturaleza del ser humano y su capacidad para expresarse y conectar con su entorno. A través de esta interacción entre lo substancial y lo virtual, se abre un espacio para reflexionar sobre las formas contemporáneas de comunicación y autoexpresión.

La obra de Molina destaca el cuerpo de Diana Szeimblum no solo como una forma física, sino como un medio complejo para expresar y entender la experiencia humana de manera poética. Su enfoque investigativo la llevó a utilizar su propio cuerpo como un campo experimental, resaltando así su profunda dimensión tanto biológica como artística. Este enfoque recuerda a la filosofía fenomenológica de Merleau-Ponty, quien argumentaba que el cuerpo no es simplemente un objeto en el mundo, sino que constituye nuestra forma de estar en él y de comprenderlo a través de la experiencia vivida y encarnada. De este modo, Molina enfatiza la importancia del cuerpo como un vehículo fundamental para la percepción y la expresión de la complejidad humana.

Lucía Specterman

 

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*Foto portada: Lucía Specterman

 

Referencias:

Bardet, M. (2021). Perder la cara. Editorial Cactus. 

Cenci, W. (2016). Baudrillard y el cuerpo. Editorial UNSAM Edita. 

Klee, P. (2007). Teoría del Arte Moderno. Editorial Cactus-Serie Perenne. 

 

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Marina Julieta Amestoy

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