Makinal – Festival Constante 7ma edición. Intérpretes: Juan Jesús Guiraldi, Julián Ferrari. Diseño sonoro: Santiago Mazzanti. Vestuario: Edgar Tula. Iluminación: Equipo Makinal – Operacion Stefany Britos Leyton. Escenografía: Ana Linder en colaboración con Lucas Coria. Autoría: Juan Jesús Guiraldi, Julián Ferrari. Co-Dirección escénica: Ana Linder, Juan Jesús Guiraldi, Julián Ferrari. Producción: Movimiento Constante. Aérea Teatro en Bartolomé Mitre 4272 CABA, Argentina. Función: jueves 25/11 – 22 hs.
Hay un tiempo y un espacio donde bailarinxs, performxrs, acróbatxs, artistxs se atreven a formular otros mundos posibles, proclamando su autonomía de los códigos socialmente compartidos para potenciar el cuerpo en movimiento y resignificarlo a través del rico capital poético. Se trata de una búsqueda de consistencia corpórea para poner en jaque los constructos de esta realidad opaca y testaruda, resistente a todo cambio. Ese lugar y ese tiempo es el Festival Constante.
El conjunto de obras seleccionadas para su séptima edición pondera la importancia del cuerpo que se reconecta con su esencia material y presencial. “Constante” es sinónimo de voluntad firme y determinación ininterrumpida para encontrar las divergencias dentro de un equilibrio aparente que nos contiene y nos abraza. El festival se nutre de las discrepancias que resaltan en el mar de las autorregulaciones, puesto que es consciente de que, a veces, esa contención que nos rodea puede llegar a sofocar la capacidad que todo individuo posee de crear e innovar.
Desnaturalizar la maquinaria
Makinal es una obra que invita a reflexionar sobre los automatismos construidos en el entramado social. Inspira a examinar y analizar con atención cómo nos movemos, actuamos e interactuamos física y emocionalmente en nuestra vida pública y privada, donde la naturalización de lo antinatural se hace patente. Este tipo de vinculación con el entorno pasa desapercibido al camuflarse entre los rituales diarios, tornando a los individuos en entes autómatas. Considerar estos asuntos con atención me hace pensar en cómo incide en la conformación de los diferentes tipos de relaciones con lxs otrx, y en la construcción de mi propio ser. Porque si algo plantea la obra de Compañía Una Constante, de manera casi explícita, es que en la relación con un otrx nos construimos a nosotrxs mismxs, y que necesitamos de la presencia y de la mirada de nuestrxs pares para construir nuestra identidad.
Makinal trasporta al espectadxr a un lugar atemporal a través de una atmósfera visual y sonora distópica caracterizada por la deshumanización. Lxs bailarinxs, como seres mecánicos, a través de sus movimientos fragmentados, se van configurando en una unidad danzante mientras recorren un camino que lxs lleva a decodificar esa maquinaria estereotipada de la vida cotidiana. Hay momentos en que los cuerpos de lxs protagonistas se entrelazan en un accionar fluido, y es cuando inunda la sensación de estar ante una sintonía comunal donde a cada estímulo le corresponde una respuesta análoga. En otras ocasiones, se desconectan, se distancian y retornan ensimismadxs, pareciendo alcanzar una independencia, pero limitadxs, por momentos, porque saben que el otrx existe, está presente en espacio-tiempo con un cuerpo vivido y propio. Y es en ese feedback en cercanía y a distancia que el otrx se trasforma en excusa para vincularse con unx mismx y poder percibirse en reflejo.
¿Por qué operamos y transitamos por este mundo de la manera en la que lo hacemos unxs y otrxs? Me pregunto si tan solo somos piezas funcionales de un engranaje, componentes que se ajustan y organizan entre sí para hacer funcionar la maquinaria social que habitamos. ¿Cómo hacer para cambiar esta realidad de apariencia inmutable?
Makinal formula una coreografía de retroalimentación, de interacción y contacto físico perpetuo, en una espera de aquellos momentos bisagra donde las formas de transitar este mundo muten y, con esa transformación, la realidad que percibimos. Pero los cambios se propician de manera colectiva. Tomar conciencia excede la individualidad, la información fluye de unx en unx para poner en marcha ese motor que se alimenta tan solo de la voluntad de cambio para romper con lo automatizado e involuntario. La búsqueda de nuevas maneras de movimiento, en una era de constante crecimiento y cambio, es la punta del iceberg. Solo habría que darle tiempo al tiempo para que todo emane en algo nuevo y superador, aunque a futuro nos rindamos nuevamente ante la comodidad de delegarle a la “naturalización” la maquinaria que nos contiene y nos limita.
*Foto portada: @ezencia_audiovisual