La experiencia del presente

26 de March de 2020
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Held dear, dirección y coreografía de Julyen Hamilton. Texto: Julyen Hamilton. Intérprete: Julyen Hamilton. Diseño de iluminación: Gonzalo Córdova. Diseño de vestuario: Carmen Renalías y Clement Hamilton. Teatro San Martín, Av. Corrientes 1551, CABA, Argentina. Función: 11/02/2020.

Held dear es la creación más reciente de Julyen Hamilton. Fue presentada en Bélgica, España, Rusia y tuvimos, aquí en Argentina, la oportunidad de verla en el marco de las actividades del ciclo Inyección de danza organizado por Fabiana Capriotti. La propuesta se presenta como un espectáculo acerca de lo que valoramos y somos, en relación irrevocable con nuestras vidas, tanto la personal como la vinculada con el mundo. Como es propio en su búsqueda, la obra de Hamilton es un proceso de improvisación: tanto los ensayos como las presentaciones son construidos espontáneamente valiéndose de la poesía, la tragedia, el humor y la ironía como recursos para crear un mundo de imágenes sumamente cautivante.

Hamilton cuenta con una trayectoria de 40 años como bailarín, docente y productor de danza. Se formó en Londres en la década del ‘70, una época de experimentación radical. Desde entonces, ha sido un exponente de la vanguardia del movimiento. Su trabajo se centra principalmente en la improvisación: compone instantáneamente piezas de danza, así como los textos que suelen acompañarlas. Desde 1990 he hecho más de 100 solos en los que propone una interacción muy original entre danza, texto en vivo y objetos en el espacio escénico. Sus piezas están hechas específicamente para cada lugar, aprovechando así la arquitectura y el contexto, que operan como factores para apoyar y amplificar el universo referencial que despliega. Con su presencia, el hall del Teatro San Martín se vio convertido en el espejo de Alicia. Desde allí, Hamilton nos ofrece su mano para adentrarnos en un mundo fascinante permitiéndonos, con todo lo que acontece en el más puro tiempo presente, conectar con un tiempo/espacio otro, muy propio de una suerte de deriva que por momentos lo hace esquivo, inasible y, por ende, cautivante.

En sus solos la voz juega un papel claro y poderoso. Por momentos, aparecen palabras como unidades plenas de sentido; de la misma forma, esas palabras pueden tomar un nivel de vaguedad que deviene en una sonoridad más bien gutural, aunque no por eso con menor carga de semántica. En esta propuesta, lo vemos jugando con la utilización y configuración de la palabra cual demiurgo, ordenando y reordenando las frases a la par que despliega su movimiento. En ese crear y enlazar sonidos/palabras y movimiento, nos ofrece un universo plagado de múltiples significados, sugerencias y metáforas.

El uso de objetos toma gran preponderancia en sus obras. Son presentados, colocados y manipulados por él mismo, ingresando en el mismo vórtice dimensional de constante cambio y conversión, siendo incorporados en la narrativa de sus divagues. Con ellos habla, baila, compone y, por sobre todas las cosas, da rienda suelta a una poesía particular, favoreciendo la creación de múltiples capas de sentido e imaginación. En Held dear tenemos la oportunidad de ver a Hamilton como un artesano, tallando su mundo en el aquí y ahora con la particularidad propia de las artes del movimiento: ni bien este mundo se crea también desaparece, dejando el espacio para que un nuevo mundo pueda surgir.

A nivel físico, construyó situaciones a partir de gestos claros y decididos que sugerían situaciones y emociones concretas, haciendo un despliegue de rítmicas y calidades que parecían jamás agotarse. En el transcurso de su actuación, se convirtió en múltiples personajes, murió, revivió, nos llevó al cielo, al infierno e -incluso- al Medioevo, volvió a morir, a renacer y nos dejó ver la magia que puede contener el hecho de que una silla sea una silla y también cualquier cosa que quisiéramos que fuera. Sin lugar a dudas, Hamilton demostró con claridad su dominio del arte de la improvisación. Verlo en acción implica enfrentarse a una atmósfera mutable, en constante transformación, repleta de detalles que abren las fronteras de la comprensión y la creación de sentido.

Hamilton es el personaje principal de su propio mundo de fantasías: su apariencia, maleabilidad y los múltiples registros físicos a los que accede le imprimen un aire quijotesco, efecto que se ve abonado por su humor alegre, físico y plagado de sorpresas. A través de su danza nos revela historias maravillosas, llevándonos por caminos sinuosos. Su obra implica una suerte explosión y exposición de su mundo interior. A pesar de la complejidad que implica el manejo del humor en culturas ajenas, su trabajo sobre lo absurdo permite generar una red de producción de sentido de gran riqueza y complejidad. En el mundo de Held dear pareciera que cada una de las capas que presenta tiene su propia vida y su propia lógica, que a su vez se encuentran en un dialogo e interacción constante. Es en la convivencia de todos estos factores donde reside la belleza y riqueza del mundo inmaterial que, de su mano, tuvimos la oportunidad de visitar.

 

*Todas las fotos son cortesía de Prensa del Complejo Teatral de Buenos Aires

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Mauro Cacciatore

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